Me parece excelente que estemos por fin tomando en serio el séptimo arte como un aspecto de cultura, arte y entretenimiento que por años ha sido ignorado, y por los datos estamos muy por detrás de otros países vecinos sudamericanos.

He trabajado como director de dramáticos, director de actores y programas en televisión y con unas 200 horas de producción al aire en programas, además de estudios del método sistema actoral del maestro Constantin Stanislavski; califico para escribir sobre producción nacional. El costo de producir una serie, telenovela o cine es alto y no existen empresas productoras que van a invertir por amor al arte. Lamentablemente, el mercado nacional de televisión eliminó los dramáticos y se perdió la continuidad para seguir mejorando la calidad de producciones dramáticas, es la única manera de que sea rentable. Como en todos los países del mundo, el éxito de sus programas o producciones, es la calidad; reconociendo que además de ser arte es industria que mueve billones de dólares al día y los protagonistas, directores, productores, actores y escritores, por su excelencia en sus áreas, gozan de la “dolce vita” y por qué no, si tienen talento. Es momento de tomar muy en serio el esfuerzo de los productores nacionales y empresas que en los últimos años han crecido con calidad aceptable, en comparación con lo que se ha estado produciendo en el país. Los pocos dramáticos que se producen en cine y nuestra televisión solo haciendo “comedias” no es el futuro. Con el reconocimiento mundial de aceptar producciones en el formato HD digital video, van a bajar los costos y el hecho de que el Gobierno nacional está apoyando la universidad de las artes, empezando con el cine, es un paso gigantesco. Todo esto es positivo siempre que se tome muy en serio la preparación humana. Lo más importante es que la materia prima, los escritores, guionistas y actores, tengan preparación sumamente alta; sino, no hay paso gigantesco que valga. Puede haber todo el dinero, las mejores cámaras y contratar a Spielberg, pero sin la preparación humana, es una pérdida de tiempo y dinero. (O)

George Coello A.,
Guayaquil