La función principal de la educación es conservar y transmitir las verdades sistemáticas y morales que son tan esenciales para el progreso de la sociedad, porque al final el objetivo de enseñar no es meramente solo el de comunicar conocimiento a quienes carecen de este, sino que el aprendiz se adueñe del conocimiento aprendido por el docente.

La educación de calidad debe ser accesible, interesante y, tal vez, hasta vital para aquellos que se encuentran en el extremo receptor de esa transacción. La esencia de la educación es buscar la verdad mediante el conocimiento y eso requiere de tiempo y disciplina, en tanto que el objetivo primordial de la educación de calidad es ampliar y profundizar la capacidad del pensamiento y capturar la verdad para impedir vagar sin rumbo y gastar energías en alucinaciones y otros proyectos fútiles. Lleguemos con nuevas políticas educativas combinando el diagnóstico real de la situación educativa en este momento, para poder cambiar y mejorar la calidad de la educación en base a los problemas y falencias que se detectan: falta de docentes con cuarto nivel, falta de laboratorios para hacer experimentación, bibliotecas desactualizadas y sin acceso a internet, corrupción administrativa, falta de inversión y bajos salarios a los docentes, etcétera. El clima institucional se puede mejorar desde múltiples dimensiones: económico-salarial, aumentando sueldos a los docentes profesionalizados o con cuarto nivel, con la formación de equipos de trabajo multidisciplinarios, con la identificación y pertenencia con la academia, buscar talentos y evitar la fuga de cerebros. Los objetivos educativos solo se van a cumplir si en la alma mater existe una atmósfera de paz, sin ninguna perturbación externa (económica, política). Los docentes profesionalizados tienen que aprender a tener resiliencia, la actitud positiva de enfrentarse a las adversidades y salir de ellas fortalecidos, creativos y hasta optimistas. La resiliencia demanda referentes éticos y morales. En conclusión, convocar a docentes profesionalizados resilientes, dispuestos a alcanzar sus metas con eficacia, mejorando la calidad educativa de nuestra educación.(O)

Jaime Benites Solís, doctor clínico intensivista, avenida Samborondón