Aprovechando la época invernal quisiera recordarle a nuestro querido alcalde que entre las figuras emblemáticas de Guayaquil está el grillo, animalito ruidoso y molestoso pero que a los guayaquileños nos recuerda la llegada del invierno y, además, siendo niños todos jugábamos lanzándolo a unos y a otros y asustándonos; era muy divertido.
He recordado también al famoso “tarantantán”, al cual le poníamos (propio de la malsana inocencia) un hilo en el cuello y lo hacíamos volar. Por razón, así como tenemos las esculturas de la preciosa iguana, el mono, el papagayo, sería interesante –y aprovechando que todavía tenemos con vida al magnífico y hábil artista, al cual quisiera conocer para felicitarlo por su verdadero arte– mandar a hacer estatuas de dichos animalitos. Querido alcalde, abogado Jaime Nebot, considere mi petición que estoy segura será del agrado de todos los viejos y verdaderos guayaquileños, y será aplaudida como lo son también los monumentos del betunerito, del vendedor de cangrejos, de periódicos, etcétera.(O)
Martha Leonor Jurado Rodríguez, Guayaquil