Aunque resulte difícil adelantar cifras exactas, se considera que existen en el mundo dos mil millones de cristianos bautizados y mil quinientos millones de musulmanes. Es una simple aproximación, no sabemos cuántos siguen practicando su fe, con cuál intensidad, cuántos acuden a las iglesias o a las mezquitas. Personalmente no doy tanta importancia a las cifras aludidas, me interesa mucho más saber hasta qué punto las religiones ayudan al ser humano a ser más hermano. En el conflicto entre los Estados Unidos e Irak teníamos a Bush pidiendo la ayuda de Dios (God bless America) y a Sadam Hussein solicitando el respaldo de Alá (Ala K´bar). El resultado fue la posible muerte de un millón de personas entre civiles y militares ¿A quién le interesa saber si fue la victoria de los cristianos sobre los musulmanes? Si la Biblia es el libro en que se basa el cristianismo y el Corán el que dirige a los musulmanes, ¿cuántos han leído ambos libros aunque fuera por simple curiosidad?
Coinciden cuando exhortan a la caridad considerada como amor al prójimo. El Corán dice: “Los creyentes son como un solo cuerpo en su amor, misericordia y sentimientos”, pero me interesó mucho leer luego: “Tengan cuidado, aléjense de los extremismos ya que la única cosa que destrozó a los que vinieron antes que ustedes fue la exageración en la religión”. El Nuevo Testamento proclama: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que este” (Marcos 12,31). Pero el humanismo bien entendido no necesita de preceptos religiosos para poder amar al prójimo porque no espera recompensa ni teme castigo.
Me molesta cuando un católico ataca a un testigo de Jehová, pero de igual modo no me agrada que un testigo de Jehová hable mal de los cristianos. He presenciado esta pugna numerosas veces. Cada cual puede sentirse dueño de la única verdad pero resulta azaroso dar razón al uno o al otro. Obras son amores no es tan solo un refrán; se da mucha importancia a lo que comemos, a lo que no deberíamos comer, mientras tanto, según la Unicef, 19.000 niños mueren cada día por causas evitables como el hambre y las enfermedades.
Las diferencias existentes entre las diversas creencias son discutibles; la Virgen María y el Rosario no le dicen nada a un árabe pero el ayuno del Ramadán es más respetado que Cuaresma. Polemizar acerca de ello es intrascendente pues más positivo sería aunar esfuerzos más allá de dogmas o creencias para construir un mundo mejor.
Es bueno recordar que Confucio, quinientos años antes de Cristo, dijo: “No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”. En la mitología de Asiria, más de mil años antes de Cristo, Utanapíshim construyó un arca y embarcó en ella semillas de vida de todo tipo. Nada nuevo bajo el sol. En el caso de Noé, solo él y su familia , más los animales, se salvaron de aquel tremendo genocidio. Sea Jesús, Jehová o Mahoma nuestra luz, el primer mandato nos pide amar a nuestros semejantes. Bueno fuera que lo hiciéramos sin inventarnos tantas barreras ideológicas.(O)










