Arthur Schopenhauer, filósofo alemán, sentenció: “Las personas cuya risa es afectada y forzada, son superficiales intelectual y moralmente”.

Debe suponerse que el señor Schopenhauer tuvo una mala experiencia con alguna persona que reía simuladamente para “adornar” los agravios y las descalificaciones que pronunciaba.

Es lamentable que hayan convertido sabatinas en tribuna para el agravio y escenario para dar rienda suelta a la llamada risa de conejo, fingida.(O)

Guillermo Pérez de Castro,
Abogado, Quito