Fue una refrescante noticia saber que las autoridades han aceptado el Codex Alimentarius de FAO/OMS. Y no se preocupen, hay una versión en español y puede ser consultada libre de costo en internet.
Pueda ser que ahora cuando se compra un producto alimenticio se reciba lo que se espera que sea. Pruebas al canto: un producto etiquetado como mayonesa, resulta ser una mezcla de aceite, agua, huevo, almidón y goma de guar, y otras cosas no conformes a la norma de identidad del producto que solo permite en su composición aceite vegetal, productos de huevo, un acidulante, sal y un antioxidante. Un aceite vegetal que todo lo que tiene de light es el color, o un embutido etiquetado como jamón, adulterado con harinas de papa, yuca o trigo, según el gusto del fabricante. La lista de productos adulterados según las normas de Codex Alimentarius es tan extensa, que mantendrá ocupados a los inspectores por muchas horas.
Los productos que no estén conformes a las normas de identidad del Codex deberían ser retirados del mercado, destruidos y sus registros sanitarios revocados. La ignorancia de una ley o reglamento no exime la culpa.
Será de gran importancia que las normas de INEN y sus protocolos de control de calidad sean revisados, para que se ajusten a la normativa mundialmente reconocida y detallada en el citado documento; que a un aceite catalogado como vegetal no se le permita la presencia de aceite de pescado así sea doble desodorizado y en porcentajes menores al 5%. Y aun cuando el uso de aceite de pescado doble desodorizado e hidrogenado permite producir una margarina de buenas características, este componente debe ser indicado entre los ingredientes.
El trabajo abarca no solo a los productores de alimentos sino a los consumidores, que debemos ser más cautos y leer la letra minúscula que detalla o debe detallar los ingredientes en orden de importancia. Es función del Estado, a través de organismos especializados, velar por los ciudadanos, no permitiendo que les vendan gato por liebre, haciendo responsable al productor por presentar productos de dudosa o ninguna validez medicinal comprobada, como panaceas a todo tipo de dolencias.
No todo lo orgánico es bueno, la marihuana y la cocaína son orgánicos. La libertad con que se hace resaltar condiciones inherentes a un producto como específicas de una determinada marca, sería criminal. Ejemplo: el colesterol es una grasa de origen animal, por lo tanto, ningún aceite o grasa vegetal puede contenerlo, ergo, todo aceite o grasa vegetal es libre de colesterol.(O)
Arnold L. Arce Eberhard, ingeniero químico, Guayaquil