Hago mención a la alusión que realizó el presidente Correa en días pasados de la vicealcaldesa de Guayaquil, al mencionar rasgos físicos, entre ellos sus ojos verdes, los cuales de acuerdo al mandatario no son para nada representativos de la mujer guayaquileña. Quiero señalar que el presidente tiene razón, toda vez que solo el 2% de la población mundial, es decir un porcentaje muy pequeño, tiene ojos verdes (por ejemplo, el 8% tiene ojos azules), por lo que es posible afirmar que quienes tienen ese color de ojos, no representan para nada a la mujer guayaquileña.

Adicionalmente hay otros inconvenientes para quienes tienen ojos verdes; uno de ellos es que de acuerdo a un informe de “The International Community For Alien Research” (Comunidad Internacional de Búsqueda Extraterrestre), los individuos que tienen ojos verdes son el grupo que de forma mayoritaria reporta contactos con extraterrestres (el 48% de 1.400 contactos reportados). Ese porcentaje comparado con los contactos de personas que tienen otros colores de ojos sugiere que por alguna razón no conocida ni divulgada, los seres de otros planetas tienen una predilección por los humanos con ojos verdes (posiblemente ellos también los tienen). En todo caso, se trata de un misterio de la ciencia no resuelto y que fortalece la teoría de que quien tiene ojos verdes no puede ser representativo de ninguna ciudad, menos aún de nuestra querida Guayaquil ni del país, posiblemente sí de otro planeta.

En otros estudios se determinan ciertas suposiciones que dejan abierta la duda respecto de quienes tienen ojos verdes, pues a lo largo de la historia se han originado una serie de mitos y leyendas respecto de quienes los poseen, atribuyendo, posiblemente con una dosis de imaginación –eso no lo sabemos–, poderes tales como la de facilitar la hipnosis a otras personas, en ocasiones con fines inconfesables, lo que tampoco tiene que ver con la mujer guayaquileña. Pero lo más preocupante lo leí en un estudio titulado ‘Facts About People With Green Eyes’, en el cual determina una relación de los ojos verdes con la personalidad de la persona, mencionando que quien los posee trata ambiciosamente de explotar sus cualidades de liderazgo, y en su camino se impone generalmente ante todos los obstáculos (personas e ideas) que se interponen en su camino, sin importar si tienen o no la razón.

Digo que preocupante debido a que si dicho estudio tiene sustento científico, debería prohibirse –de forma terminante por la vía de una enmienda– que toda persona que tenga ojos verdes acceda a la política, pues ya sabemos que terminará despejando cualquier obstáculo que se atraviese en su camino. Con estos antecedentes, tenemos que deplorar el hecho de que la vicealcaldesa de Guayaquil tenga ojos verdes, pues ya sabemos que no representa a la mujer guayaquileña, peor aún con todo esto que les he relatado. Es un problema el tener los ojos verdes.(O)