Pasando por un hospital vi a una residente que salía con su mandil en la mano, me pareció una de las mejores o más acertadas formas de salir de este tipo de trabajo. Hubiera sido preferible que saliera con el mandil en una bolsa plástica o que lo dejara en el hospital, pero conociendo el deseo incontenible de algunos de apropiarse de las pertenencias de otros, asumo que prefirió llevarlo consigo.

El mandil es la prenda que sirve para no mancharse la ropa o protegerse en un trabajo, protege al profesional de la salud de cualquier enfermedad que pueda tener el paciente o viceversa, se debe dejar en el trabajo. El profesional o el estudiante debe llegar con su ropa de civil a la institución y allí recién colocarse su “uniforme” de trabajo y debe estar perfectamente limpio, desinfectado para que no se afecte esa persona, sus pacientes, sus parientes en casa. Tengo contacto con la acuicultura, muchos laboratorios de criaderos de camarón tienen un pediluvio para que las personas desinfecten sus zapatos o las plantillas, tienen dispensadores de alcohol para las manos (esto lo vi en un hospital, pero sin alcohol). ¿Si tenemos medidas de seguridad para el trabajo con animales, no debemos tener el mismo o mejor cuidado para el trabajo con seres humanos sea desde afuera hacia el hospital o desde el hospital hacia afuera?

María Herminia Cornejo Rodríguez, Ph.D., especialidad en Biología Marina, Ballenita, Santa Elena