Es común ver a las personas que manejan un vehículo con motor  diésel que lo dejen prendido porque han oído que consume menos combustible, o el motor se desgasta menos, o evitan el cambio de temperatura del motor, y otras barbaridades. Esto lo  puedo notar cuando paso por dependencias públicas que poseen una serie de vehículos con dicho motor como en Senagua, gobierno zonal de Guayaquil, Comisión de Transito; me topé con un vehículo del Ministerio del Ambiente y le pregunté al usuario si sabía que tener el motor prendido en ralentí causa inconvenientes como la contaminación y no entendió, esto me hace explicar los mitos y hechos del motor diésel.

 Los primeros camiones diésel salieron en 1932, el motor era simple, se dificultaba el arranque dada la calidad del combustible, los aceites, las baterías, los sistemas de arranque, lo que se agravaba  especialmente en el frío extremo; los dueños y operadores temían no poder cumplir el trabajo lo que por hábito los llevó a mantener el motor encendido. El avance en motores, combustibles, baterías, sistemas de arranque, etc., ha facilitado el arranque del motor, pero el hábito de dejar el motor en  ralentí quedó.

Mito: los motores  diésel  necesitan estar en ralentí 5 minutos o más en la mañana,  especialmente en días fríos. Realidad: fabricantes de motores recomiendan calentar  el motor  diésel  no más de 3 minutos antes de conducir; dejarlo en ralentí hace más daño al motor que apagarlo y prenderlo; mantenerlo a bajas revoluciones (ralentí) provoca doble  desgaste de piezas internas en comparación con la conducción a velocidades normales en carretera,  lo que aumenta costos de mantenimiento y acorta la vida del motor.

Mito:  las emisiones de  diésel  no hacen daño o contaminan menos que la gasolina. Hecho: las emisiones de  diésel  contienen químicos y compuestos perjudiciales a la salud, dependiendo de la cantidad  y duración de la exposición puede causar irritación de ojos, daños al pulmón...

Mito:  los camiones con motores grandes a  diésel en ralentí  gastan menos combustible.  Hecho: eso impacta  el consumo de combustible e incrementa los gastos de mantenimiento, una hora de inactividad de estos motores grandes consume como un galón de  diésel, lo que  multiplicado por el número de días y de camiones, representa un valor nada despreciable.

 Lo recomendable es consultar el manual para saber las pautas de calentamiento para  su vehículo, así como de apagado, más que nada en los turbocargados ya que requieren lubricación adecuada.  Los dueños de vehículos con motores diésel  deben cambiar este hábito para ahorrar combustible y mantenimiento, y por sanidad ambiental.

Pablo César Baquerizo Vivar,
Ingeniero industrial, Guayaquil