Un acto heroico que está esculpido en la historia de la patria fue ejecutado por un puñado de marinos ecuatorianos a bordo del pequeño cañonero Abdón Calderón, en el Combate Naval de Jambelí el 25 de julio de 1941. En el sur de la ciudad, en el Parque de la Armada, reposa la histórica estructura de la nave para que los ecuatorianos la conozcan; podrían acudir en las fiestas de julio.

El 7 de junio de 1941 sin una declaración de guerra, tropas del país del sur iniciaron la invasión a nuestra patria. El comando naval sureño planificó navegar por el río Guayas y atacar a Guayaquil; conminaron a ejercer de práctico al capitán mercante Jorge Heredia, de nacionalidad peruana, conocedor del acceso al río. Aprovecharon la primera pleamar del 25 de julio, ingresaron a nuestras aguas pero para su mala fortuna el barco cañonero ecuatoriano Abdón Calderón les cortó su propósito. El día anterior, el 24 de julio, el barco Calderón recibió la misión de convoyar a las motonaves La Pinta, Olmedo y Daysi Edith, que tenían que transportar a 500 jóvenes guayaquileños que iban a enrolarse al Ejército. En el muelle número 8 una banda de músicos despedía a los jóvenes y la radio El Telégrafo informaba con detalle el embarque como si fuera un acto social y no como una operación militar; el mando peruano no le dio importancia a la información difundida por la radio y el convoy arribó a Puerto Bolívar sin novedad. El histórico 25 de julio el barco Calderón levó anclas de Puerto Bolívar y navegó rumbo al norte, el vigía informó que columnas de humo provenían de las chimeneas de los buques peruanos; el comandante ordenó cambiar el rumbo a 180 grados y un buque enemigo realizó la misma maniobra y navegó paralelo al cañonero Calderón. El teniente de fragata Rafael Morán Valverde ordenó el zafarrancho de combate y por el altavoz arengó a sus hombres marinos de la patria, pelear y morir combatiendo por el honor de los ecuatorianos; los fuegos se abrieron a las 11:30, solo el cañón de proa funcionó al mando del alférez Manuel Nieto Cadena, el de popa al mando del alférez Endara, al primer disparo se rompió la aguja del percutor; las dos ametralladoras Breda operadas por personal del Ejército cumplieron acción heroica. Los disparos peruanos cesaron, había sido “herido de muerte” el buque grande destructor del Perú Almirante Villar por los cañonazos del Calderón. El 26 de julio de 1941 el BAE Calderón retornó a Guayaquil y a partir de 1962 se exhibe en el Parque de la Armada de la ciudad.

Franklin Eduardo Alvarado Acosta, sargento IM (SP), Guayaquil