La necesidad de realizar procedimientos invasivos en el útero (por ejemplo, amniocentesis) y el intenso debate sobre la reforma de la ley del aborto en muchos países occidentales, han llevado a los profesionales de la salud a preguntarse: ¿el feto siente dolor?
Cada día es más evidente que en el segundo trimestre de gestación (desde la semana 24, y muy posiblemente desde la 16) el feto reacciona a estímulos estresantes, que si no se palian pueden causar daños a corto, mediano y largo plazos, sobre todo cerebrales. Afirmar con certeza que en las etapas precoces de la vida humana no está presente la percepción dolorosa, es desconocer importantes evidencias clínicas y científicas. En caso de duda razonable es preferible aliviar el estrés y el dolor con la analgesia, que exponer al feto a serias lesiones en el futuro. No nos tiene que sorprender que algunos quieran rebatir hasta lo más evidente: que el feto siente dolor y que se han de poner todos los medios para evitarlo o, en su caso, aliviarlo; pero muchas personas no solo no consideran su dolor y por tanto que no se lo debe aliviar, sino que procuran matar, pues el feto –a todas luces una persona– es considerado como una “enfermedad” de la madre.
Jesús Domingo Martínez,
Girona, España