¿Cómo debe frenar el Estado el maltrato físico a la mujer?
Durante decenios en el mundo occidental la mujer y la familia han sido objeto de políticas públicas de corte supuestamente progresista, tanto desde la izquierda como desde la derecha. La mujer sigue padeciendo violencia, marginación y maltrato. Lejos de ayudar a las mujeres a dejar de ser víctimas, determinadas perspectivas ideológicas o movimientos sociales las han reducido a categoría sociológica o a causa política. El aborto, por ejemplo, ha sido enarbolado desde el liberalismo y la “democracia” como un ejercicio de autodeterminación. En cambio, movimientos por la vida entienden que las razones contra el aborto deben ser necesariamente razones a favor de la mujer que en muchas ocasiones vive el embarazo sola, aislada. Como sostiene el presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, la gran causa de la defensa de la vida debe mostrar siempre su amor a lo humano, construir una sociedad más justa donde ningún niño aún no nacido no esté desprotegido y donde ninguna mujer esté sola y sin ayuda para ejercer su derecho a ser madre.
Juan García,
Cáceres, España

El Gobierno y la sociedad pueden inspirarse del evento de hace pocos días en Nicaragua, donde poetas del mundo se reunieron para simbólicamente enterrar al machismo y la violencia y promover nuevas normas de comportamiento entre hombre y mujer. Información útil sobre la violencia podría difundirse por medios de prensa, teatro, talleres, centros de acogida a la mujer maltratada y con consejería individual; en visitas a casas, con promotores de armonía; en colegios. Creo necesario cambiar no solo la actitud del abusador sino la de la mujer que acepta de su conviviente el maltrato físico y psicológico (golpes, amenazas, chantaje emocional, sexual; humillación, insultos...). Usualmente el hombre que es violento en casa desfoga iras y frustraciones, transfiriendo sus sentimientos de culpabilidad y de sentirse socialmente acomplejado. La mujer necesita aprender a identificar todo tipo de maltrato y entender que el problema no es que ella falle y merezca castigo, sino que tiene una pareja violenta que atenta contra sus derechos y dignidad. La familia debe recibir ayuda con terapias y tratamientos...
Deirdre Alexandra Platt,
Puerto López, Manabí

Los hombres violentos algunas veces van presos, más creo que los gobiernos tienen que hacer programas para dar a conocer valores éticos, religiosos, humanos; hacer escuelas para padres, para ser parejas buenas, decir no a la violencia, corrupción en las familias. Hay mujeres maltratadas por los maridos y también hay hombres maltratados, traicionados, demandados por mujeres y no los dejan ver a sus hijos.
Margarita Calderón,
Playas, Guayas