La botánica es la ciencia que se encarga del estudio de las plantas y de las frutas.

Es interesante analizar el ciclo de vida de las frutas porque nos hace ver cómo nacen siempre con un color verde intenso, cómo crecen vertiginosamente hasta poblar todo el entorno, cómo desarrollan una fortaleza única para enfrentar las inclemencias del tiempo y cómo marcan su territorio para evitar la invasión de especies enemigas.

Esta ciencia nos hace ver también cómo las frutas se disputan los nutrientes que la planta extrae del suelo para seguir alimentándose y solo siguen creciendo los más fuertes, los que están más cerca del tronco y de las ramas más gruesas; los débiles, los que ya no le sirven a la planta, son desechados y eliminados por ser amorfos, amargados, antiprogresistas, caretucos, descalificados, incapaces, limitaditos, mediocres, parásitos, perdedores, pitufos, sinvergüenzas, terroristas, traidores, etcétera.

En el tiempo, casi todas las frutas dejan el verde intenso para tomar su verdadero y definitivo color, unas se vuelven amarillas, otras rojas, otras moradas, otras de colores muy variados y otras hasta azules, porque la tecnología avanza; lo cierto es que las frutas adquieren un brillo provocativo, alcanzan su tamaño máximo y consiguen un exquisito sabor.

Este es el punto culminante en el ciclo de vida de todas las frutas.

La botánica es la ciencia que también nos enseña que cuando las frutas llegan a su madurez, terminan por perder su brillo, su color se opaca, pierden su consistencia, su sabor se agria, llegan a descomponerse, etcétera.

Esta interesante enseñanza de la naturaleza ha dado lugar al viejo adagio popular muy conocido que en una de sus versiones dice: todo lo que empieza como verde, termina como maduro, o algo así.

¡La naturaleza sí que es sabia!

José Sempértegui Gallegos,
Ingeniero civil, Guayaquil