No como pregunta, sino como afirmación, me lo dijo un funcionario cercano al presidente Correa.

Aquello fue en el entorno del tema de la sanción para las asambleístas Paola Pabón, Gina Godoy y Soledad Buendía, en que el presidente pasó de tratar de fulminar a los que en la Asamblea discreparon con él sobre el tema del derecho de las mujeres violadas a abortar –ver enlace de 19 de octubre del 2013– y luego sus frases de conmiseración –enlace del 26 de octubre del 2013– que quizás influyeron en el ánimo de quienes les impusieron la sanción de suspensión de solo treinta días, y así generaron la inmediata aceptación –y podría decirse hasta agradecimiento– de las sancionadas.

Lo que queda trascendente es que todos los de ese movimiento están advertidos que nunca un pensamiento que discrepe de lo resuelto por el presidente quedará sin sanción.

¿Qué dijo el presidente?

El 19 de octubre expresó: “…esos asambleístas de Alianza PAIS que dieron carne a los lobos, carroña a los buitres (…) cometieron deslealtad política. Había acuerdos, dos días antes se habían ratificado los acuerdos sobre el artículo del aborto. (…). Una de las compañeras que estaba ahí presente, durante el acuerdo sobre el aborto, en seguida salió a manipular en función de sus intereses de grupo (…). Se destruyó la confianza política y ese día llamé a las cosas por su nombre y dije que se estaba fraguando una traición y una deslealtad (…). Salió otra compañera a decir ‘Presidente, te queremos mucho, pero estás equivocado’. Cómo quisiera estar equivocado, lo que sucedió la semana pasada fue una traición, fue una puñalada por la espalda, se traicionaron acuerdos políticos y eso no podemos permitir en Alianza PAIS (…). Ahora vienen con que “te queremos mucho, que es cuestión de conciencia”. Sí es cuestión de conciencia cómo se lanzaron contra el señor presidente, si sabían lo que pensaba. (…). Voy a pedir fuertes sanciones para ciertas asambleístas que participaron en esta deslealtad. Hace pocos días se separó a Pierina Correa de Alianza PAIS, mi hermana, porque criticó al ministro del Deporte y esto es 200 veces más grave y no podemos dejar de sancionar. (…)”.

El 26 de octubre llegó la conmiseración: “Hay que reconocer en Paola Pabón la organicidad, la militancia de la compañera, hay que reconocer que retiró la moción pero con deslices. Hay que reconocer su coherencia, después de este impasse que ha sido grave”.

Si Dios perdona las faltas, de haber actos de contrición y compromiso de enmienda, y por medio de sus encargados en la tierra impone penitencias liberatorias de las faltas, ¿por qué negarle esa potestad al presidente?

Si hay que mencionar que esa visión de disciplina en la Función Legislativa no se inicia con Correa –con él se exacerba–. El año 1998, se aprobó un código de ética en el Congreso Nacional, al que solo nos opusimos Germánico Salgado, hombre de libre pensamiento, aun cuando llegó a la curul por la Democracia Cristiana, y el autor de estas líneas. El argumento de la “disciplina forzada”, era evitar el camisetazo y la negociación de votos. El argumento de la dignidad del legislador, por encima de la imposición, es que aquel debe actuar por su conciencia y no porque alguien le ordene algo, peor si es contra lo que piensa.

Entonces, 1998, en el pleno del Congreso, señalé “ahorremos dinero, que no se remunere a los que solo tienen el encargo de votar, sino que contabilicemos el número de votos que representen los voceros de las fuerzas políticas así disciplinadas por imposición, para escrutarlos en paquete”.

También en honor a la verdad, conocí que en dos ocasiones, al interior de su partido, diputados del PSC, por su discrepancia con las instrucciones recibidas, pidieron que se los exima de votar y así fue. O sea, algo similar a lo que plantearon como “objeción de conciencia” las que discrepaban del criterio presidencial sobre el aborto, en la realidad de que sin el voto de ellas, de todas maneras se aprobaba el texto en la línea de la voluntad del presidente, pero aquello no les fue autorizado.

¿Y los médicos?

Sobre el Código Penal sus dirigentes no quieren usar la vía indirecta de la comisión legislativa, para que se reforme lo votado en la Asamblea, sino la vía efectiva de la voluntad presidencial.

Un marino modificaba un dicho conocido y expresaba “Donde manda capitán, para qué perder el tiempo con grumetes”. No ha de ser el caso.

“…esto me puede causar un tiro”

Normalmente los gobernantes no expresan públicamente sus críticas contra los mandos militares.

Correa nada se reserva. En la sabatina del 26 de octubre del 2013, al criticar la relación de una empresa, que aquellos controlan, con la petrolera Chevron, en que en su gobierno –el de Correa– habrían cobrado más de 1,3 millones de dólares llegó a decir: “esto me puede causar un tiro”.

También cuestionó la relación de su Banco, el Rumiñahui, con el Banco del Pichincha.

Ya el 22 de junio del 2013, al relatar una visita a un reparto naval, expresó: “La mejor manera de enterarse de las cosas es desayunar con la tropa, pero ir de improviso, caso contrario organizan bufé. Hay jerarquización en la Marina, así se perpetúan las clases sociales. Unos comen en plato de metal y otros en plato de loza…”. Y tachó a aquello de “atavismos culturales”.

En repetidas ocasiones, Correa ha denunciado la acumulación de propiedades de las Fuerzas Armadas e ironizado que estaban siendo de “las mayores terratenientes del país”, así como que el mando militar tiene criterios diferenciados –que él cuestiona– para valorar los terrenos, según sea a quienes se los transfiere.

A semejanza de Dios

El ser humano debe honrar aquello de que debe ser a semejanza de Dios. ¿De cuál?: ¿el del Viejo Testamento que castiga y si perdona, ese gesto pasa por el escarmiento y la humillación del perdonado? ¿o el del Nuevo Testamento, con Jesús, que privilegia el amor y la tolerancia?

El ser humano debe honrar aquello que debe ser a semejanza de Dios.