Henry Armas Ascanio es un ciudadano venezolano que emigró junto a su pareja Claudia Acuña, y su hija, de 15 años, a Ecuador hace casi un año para encontrar mejores días. La pareja laboraba en una lavadora de carros en La Aurora, donde además habitaban, y seguían trámites para obtener la condición de refugiados.

Su vida en Ecuador cambió cuando la noche del pasado 28 de octubre la pareja de Henry salió a comprar a una tienda y al cruzar la vía a Salitre un automotor la embistió. Fue llevada a una casa de salud, pero por las graves heridas en horas de la madrugada del 29 de octubre, murió. Luego, el hombre se encargó de trámites mortuorios para darle el último adiós.

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Dos fallecidos en siniestro de tránsito en el puente de la Unidad Nacional

A las pocas horas, un asesor de una funeraria, situada en Sauces y con sede en Santa Rosa (El Oro) lo contactó para ofrecer sus servicios. Gastó alrededor de $ 400 que le pedían y pudo velar a su esposa en su domicilio.

Luego, él continuó con trámites para realizar el traslado de los restos a Venezuela. Tenía que sumar varios documentos, algunos que se habían tramitado por cuenta de la funeraria. En la Fiscalía y Hospital de Infectología le indicaron que dos documentos que sirve para los trámites de cremación no son auténticos. Funcionarios le indicaron que esos documentos serían aparentemente falsos.

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En el centro público, una trabajadora le indicó que un documento de “permiso de inhumación, cremación y transporte de cadáver no cumplía el formato ni era sello pertinente”.

A su vez, en el Ministerio de Relaciones Exteriores pudo apostillar el acta de defunción, pero en el Hospital de Infectología también le indicaron que había anomalías en el documento de permiso de inhumación, cremación y transporte de cadáver.

“Si fueron capaces de falsificar un documento de Fiscalía y este documento (de salud pública) qué me garantiza que son los restos de mi esposa”, cuestiona Henry.

Por esta situación, él tiene desconfianza de tener los restos de su esposa. Además enfrenta trabas para llevarse los restos por la falta de documentos verídicos y darle cristiana sepultura en su país para que familiares y amigos le den el último adiós en la Guiara, Venezuela.

El pasado sábado, la familia, junto a compatriotas venezolanos y el abogado realizaron un plantón afuera de la funeraria.

Él pidió que se le ofrezca una prueba de ADN con muestra de una hija y los restos de la fallecida para corroborar que se trata de ella y además exige documentación legal para llevarse las cenizas.

Por ahora, él mantiene los restos en su domicilio y ha tratado de tener acercamientos con la funeraria a la que denunció por presunto delito de falsificación de documento público. Está a la espera de ayuda de autoridades para que agiliten sus trámites para llevarse los restos de su esposa y sobre todo corroborar que son de ella.

“No quiero que otras personas vayan a caer en lo mismo, que las autoridades revisen el caso, que por favor me ayuden a solucionar esta documentación porque sino no le puedo dar cristiana sepultura”, exigió el hombre.

Sobre siniestro vial

El abogado Alejandro Gaibor, quien ha asumido la defensa de esta familia por voluntad propia, expuso que analiza más acciones legales en torno al caso de los documentos con anomalías y además retomar el caso del atropellamiento que no tiene a nadie detenido.

Él pidió que el responsable del atropellamiento de la mujer y además de la funeraria que se hagan responsables de resarcir los daños causados.

“Que esta gente dé la cara, ellos no tienen para seguir un caso de uno o dos años, se podría llegar a un acuerdo y ayudarlos de alguna manera, hay que ser humanos en la vida ante este tipo de cosas”, dijo.

El sábado anterior, en exteriores de la funeraria, el abogado intentó tener contacto con representantes para tratar de llegar a un acuerdo y solucionar los inconvenientes. Un trabajador manifestó que no podía hablar con la prensa. (I)