Luis Altamirano es general en servicio pasivo y fue comandante general del Ejército entre el 2019 y 2020. Actualmente es analista de temas políticos y de seguridad y docente universitario.
En una entrevista con este Diario criticó el anuncio hecho por el presidente Daniel Noboa, quien en cadena nacional señaló que existen 2.000 hectáreas de plantaciones de coca en suelo ecuatoriano, según informes satelitales obtenidos con asistencia internacional.
Publicidad
Consideró que el tema debió analizarse en el Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe), y se refiere a que el documento no es concluyente.
Se conoce este informe que ha hecho esta oficina del Departamento de Estado de Estados Unidos de la supuesta presencia de 2.000 hectáreas de plantaciones de coca. ¿Qué impresión tiene?
Publicidad
Es importante manejar esos temas con una prolijidad y especialmente contrastando con información que podemos tener acá en el Ecuador y con otras pruebas que también se pueden realizar. El informe tampoco es conclusivo; habla de posibilidades. Recordemos que la capacidad de producción de una hectárea de hoja de coca está relacionado con varios factores. Uno es la densidad de plantas por hectárea; por eso hay una clasificación que se maneja de baja densidad, mediana y alta. La baja densidad es cuando se llega hasta 50.000 plantas por hectárea, la mediana densidad cuando se llega hasta 100.000 y la alta densidad cuando supera las 100.000. Y esto se debe a varios factores, porque existen cultivos que se realizan a cielo abierto mediante una preparación del suelo, una deforestación muy elevada, y otros que inclusive se realizan en el interior de la selva, en donde la cantidad de plantas es mucho menor.
Otro factor que afecta también son la pendiente y las características del clima y los elementos agroquímicos, tanto en lo que tiene que ver con la protección de la hoja de coca, a pesar de que es una planta altamente resistente.
Ahora, hablar de que estas hectáreas estarían ya disponibles para producción también sería una conclusión muy acelerada. Las plantaciones en Colombia se manejan inicialmente a través de semilleros. La germinación demora aproximadamente 35 días y posteriormente permanecen en estos semilleros un lapso de entre dos y tres meses. Posteriormente se hace trasplante adonde va a crecer. Y el proceso de crecimiento también no es un proceso que se avisa de la noche a la mañana.
Establecer conclusiones inmediatas de un informe que está basado exclusivamente en fotografía satelital, porque hay que tomar en cuenta que las Naciones Unidas, a través de la Oficina contra las Drogas y el Delito, establece informes anuales de plantaciones de coca y de plantas que se utilizan para estupefacientes en el mundo, que se los realiza a través de un sistema de monitoreo de control de cultivos ilícitos que no solo incluye la fotografía satelital, (sino) otros elementos, como visitas en campo, otro tipo de análisis y parametrizaciones que se realizan para determinar cuál es la capacidad de producción.
Esto no quiere decir que en el Ecuador no puedan existir, y de hecho deben existir. Lo importante es saber en qué condiciones. Parte de las operaciones que ha realizado Fuerzas Armadas conjuntamente con Policía en el cordón fronterizo. En los últimos años se dio la destrucción de varios cultivos; más de 550.000 plantas fueron destruidas.
Este tipo de anuncios genera en la sociedad más zozobra porque, bueno, entonces estamos invadidos por el narcotráfico, y yo no creo que es así.
En tres provincias de Ecuador habría presencia de plantaciones de coca
El informe también da recomendaciones; la una, que se haga un informe de monitoreo de cultivos ilícitos de hoja de coca a través del Comité Técnico Interinstitucional de Monitoreo de Cultivos Ilícitos. ¿Cómo se podría hacer este informe?, ¿yendo al lugar?
Hay una preocupación del Departamento de Estado de los Estados Unidos porque no hay que olvidar que es un mercado de destino de la coca de los principales que existen en el mundo, y hoy comparable con el mercado europeo.
Entonces, hay una política desde los Estados Unidos de buscar la contención del fenómeno narcotráfico en los países productores. En Colombia esto se hizo hace 20 años; por eso tenemos nosotros más de 20 años de informes de carácter técnico con una serie de elementos, como le acabo de mencionar.
El tratamiento de este tema no puede ser visto exclusivamente desde la vista de la seguridad. 400.000 familias en Colombia viven del cultivo de la hoja de coca, campesinos, que se conocen con el término de cocaleros, que son los que reciben cantidades mínimas que inclusive en el proceso de sustitución de cultivos —que se buscó con el proceso de paz— en Colombia no se alcanzó el nivel de acogida suficiente, porque la sustitución de estos cultivos les proveía ingresos más irrisorios que los que están obteniendo en la actualidad.
Tres personas fueron detenidas con 48 bultos de droga en Zona Económica Exclusiva
El informe también habla de que se debe realizar una concentración de patrullajes y operaciones en arterias viales y salidas de centros poblados fronterizos. ¿No se está haciendo o sí se hace?
Esto se viene haciendo de forma permanente. Requiere de un trabajo interagencial que no solo le corresponde a las Fuerzas Armadas y corresponde lógicamente a la Policía Nacional también. Les corresponde a otras entidades, porque no estamos hablando exclusivamente de un problema, como le digo, de seguridad, sino con otros ejes transversales que tienen que ver con fenómenos socioeconómicos.
¿Qué es lo que ha pasado en Colombia, por ejemplo, con los sistemas de erradicación? Que no ha funcionado, que a la final estas personas tienen que vivir de algo y hoy es lo que tenemos en Colombia por el descenso, por ejemplo, del valor del kilo de la hoja de coca es la incorporación de muchos jóvenes para actividades delictivas.
Por otro lado, Ecuador se fue vinculando progresivamente durante la etapa del Plan Colombia por esa presión que se hacía en el territorio colombiano a que el Ecuador se comience a ver como una ruta alternativa. De hecho, las capturas de droga en altamar que comienzan a tener elevado número solo a partir del 2005. En el 2005 comienza a proliferar el negocio de lo que —a veces— se denomina con estas simplificaciones de narcolanchas.
Hay analistas que dicen lo que usted: que no es solo un tema de seguridad, sino que se deberían atacar los cristalizaderos, que es en donde se industrializa la coca. ¿Cómo hacer eso?
Ha habido operaciones muy importantes sobre varios laboratorios a lo largo de la frontera; la mayor parte de estos no se encuentra en territorio ecuatoriano, sino colombiano. Uno de los grandes retos que tiene Fuerzas Armadas, el Estado en general, porque a veces tenemos la idea equivocada de que la frontera es una línea claramente marcada y no es así.
El mismo informe menciona que en la parte de la frontera terrestre en donde no existen divisorias de agua, es decir, ríos, no pudieron llegar a determinar si esos cultivos estaban en el lado ecuatoriano o en el lado colombiano. Entonces, es un informe exploratorio.
Por eso, hay que tener la prudencia al hacer esos anuncios que el presidente (Daniel Noboa) lo hace en una cadena nacional, en donde para mí hay una vinculación de carácter político, buscando lógicamente el tema de seguridad. Es algo que ha generado un rechazo por parte de la ciudadanía en cuanto a la actividad de los grupos criminales y delictivos.
Entonces, se busca posicionar este tema cuando esto debió haber sido analizado en el Consejo de Seguridad Pública y del Estado, con todas las instituciones, procesado adecuadamente y tomado las decisiones y anunciado en el momento que tenga que ser anunciado.
Hay un timing político que está muy ligado al proceso electoral, lastimosamente, y la política de seguridad del país no puede ser construida ni tampoco ser ejecutada con base a los timing políticos; tiene que haber una enorme responsabilidad, porque esta es una afectación que se está dando a la sociedad en su conjunto y a la economía.
No es solo un tema exclusivamente tampoco del país, cuando hablamos de cooperación internacional, bueno, yo también diría que si es que no hay demanda para qué va a haber oferta.
Hay droga que ingresa a los Estados Unidos, que ingresa a los mercados europeos, y las capacidades inclusive desplegadas por varios países no han sido suficientes para detener la penetración. (I)