La Conferencia Episcopal Ecuatoriana expresó su preocupación por los hechos violentos registrados en cuatro cárceles del país, que provocaron la muerte de 79 personas privadas de la libertad. La situación que, según la Policía, tuvo lugar por conflictos entre bandas delictivas que se disputan el control de los centros penitenciarios dejó un escenario de terror: cuerpos desmembrados y decapitados.

Para los representantes de la Iglesia católica, los hechos suscitados el martes anterior son el reflejo de la crisis penitenciaria, de la descomposición social y de la indiferencia colectiva. Revelan la crítica situación en la que viven las personas privadas de la libertad en los diferentes centros de rehabilitación.

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Durante los desmanes, los presos usaron armas de fuego, cuchillos, machetes y demás. Las acciones fueron grabadas en celulares y luego los videos se difundieron en redes sociales.

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana asumió como suyas las palabras del papa Francisco, quien en su discurso al personal de la cárcel Regina Coeli, el 7 de febrero de 2019, en Roma, expresó: “Las cárceles necesitan humanizarse cada vez más y es doloroso escuchar, en cambio, que muchas veces se las considera lugares de violencia e ilegalidad, donde abundan las maldades humanas”.

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En ese contexto, dicha instancia exhortó a los responsables del sistema de rehabilitación social a que realicen una “verdadera” evaluación sobre la situación penitenciaria y que se ejecuten programas “plenamente humanos”, que permitan el cumplimiento de la finalidad que determina la Constitución.

Según el artículo 201 de la Constitución vigente, el sistema de rehabilitación social tendrá como objetivo la rehabilitación integral de las personas sentenciadas penalmente para reinsertarlas en la sociedad, así como la protección de las personas privadas de libertad y la garantía de sus derechos.

“Hacemos extensiva nuestra solidaridad cristiana a las familias de nuestros hermanos privados de libertad que han fallecido y les aseguramos nuestra oración por su eterno descanso, invocando sobre ellos la misericordia divina, al igual que pedimos a Dios la fortaleza y la paz que solo Él nos puede otorgar”, señalaron los obispos en un comunicado.

Finalmente, los representantes de la Iglesia expresaron su disposición de ayudar a las autoridades y dar apoyo a quienes hoy sufren la pérdida de sus seres queridos, en medida de su misión pastoral al servicio de la sociedad ecuatoriana. (I)