Desde esta semana 31.360 estudiantes de 34 establecimientos educativos fiscales del cantón Durán se acogieron a la modalidad a distancia debido la violencia criminal que golpea a esta localidad, que conjuntamente con Guayaquil y Samborondón integran la Zona 8, la jurisdicción con más homicidios (1.967 hasta el martes) del país.
En el cantón ferroviario las bandas Latin King y Chone Killer liberan una disputa por territorio para microtráfico y otros delitos, según la Policía, y aquello ha recrudecido la violencia en esta localidad.
La disposición del Ministerio de Educación abarcó también a seis planteles del distrito Nueva Prosperina, en Guayaquil, entre el lunes 25 y martes 26. Este territorio registró 484 crímenes hasta el último día citado y por eso los padres de familia expresaron su preocupación ante el regreso a la presencialidad que se aplicó desde este miércoles 27.
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Con una población de 363.000 habitantes, Nueva Prosperina es el territorio con más asesinatos de la Zona 8. Según un muestreo realizado por la Policía en este sector, el 16 % de la población, incluyendo a estudiantes, está “directa o indirectamente inmersa en una economía criminal”. Es decir, tendrían nexos con estas bandas delictivas, reveló el miércoles el coronel Roberto Santamaría, jefe policial del distrito.
En esta jurisdicción, según reportes policiales, operan las bandas Águilas-Fatales y Lobos-Tiguerones, que incurren en delitos como el tráfico interno de drogas, sicariato, usurpación de terrenos, asalto y robo a personas, robo de motos, robo de carros, extorsiones y secuestro.
Carlos Chimborazo Castillo, psicólogo clínico y máster en Psicología de la Educación, explica que estar expuestos a entornos de violencia puede generar en niños, adolescentes y jóvenes ansiedad y estrés que pueden afectar las capacidades socioemocionales y, por ende, el aprendizaje de los menores. En una entrevista con este Diario él analiza la problemática expuesta.
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¿Cómo afecta este entorno de violencia al proceso de aprendizaje de niños, adolescentes y jóvenes?
Por lo general, en los niños y los jóvenes que están expuestos a estas situaciones donde hay violencia extrema, los síntomas más inmediatos que pueden surgir son estrés, ansiedad, temor, al punto que esto afecta sus capacidades socioemocionales y sus habilidades para poder desarrollarse y participar en clase. Esta exposición a violencia recurrente también puede generar lo que se conoce en Psicología como desensibilización emocional, lo cual es esa escasa capacidad para poder empatizar y relacionarse con los demás, incluyendo maestros y compañeros. Esta problemática afecta, definitivamente.
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¿Cuánto tiempo toman en aparecer estos indicios?
Se expresan de dos maneras: a corto plazo y largo plazo. Cuando es a corto plazo es inmediato, estos efectos pueden ser dificultades en la concentración, pesadillas, lo que se conoce también como estrés postraumático, depresión, incluso ansiedad. Pero a largo plazo, estas manifestaciones pueden aparecer en unos cuatro o cinco meses, al punto que no lo vamos a detectar de manera inmediata.
¿Y qué se puede hacer para contener la situación?
Primero ser preciso y objetivo en la medida en que los psicólogos no tienen superpoderes o herramientas, lastimosamente están limitados por un sistema social, y al ser una problemática severa difícilmente el Estado puede contener. Lo único posible es que los profesionales, primero, tengan una competencia y capacidades para poder trabajar en espacios de educación socioemocional para una detección temprana. Y, segundo, para que puedan generar estrategias de intervención que permitan brindar apoyos más singulares a través de dispositivos de seguimiento más personalizado, donde puedan darse, por ejemplo, estrategias para la resolución de conflictos y, sobre todo, psicoterapia.
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En este sentido, el rol de los departamentos de Consejería Estudiantil (DECE) es fundamental.
Efectivamente, el rol de los psicólogos en los entornos educativos es fundamental, pero este no va a ser posible si no se tiene la colaboración y el apoyo de los directivos (de planteles) y también del equipo docente, ya que ellos también tienen la labor de informar a los profesionales para que puedan ofrecer terapia individual, apoyo grupal, generar programas que se centren en el desarrollo de habilidades socioemocionales y, sobre todo, para crear estrategias que afronten de manera efectiva los problemas de los chicos.
¿Qué protocolos o procesos deben cumplirse cuando los estudiantes vuelvan a la presencialidad?
Ahorita la prioridad es la educación socioemocional, esa es una prioridad que los psicólogos junto con el apoyo de los docentes y líderes educativos deben priorizar, ya que frente a la situación pueden darse todos estos síntomas que comenté con anterioridad, hay que brindar un apoyo que vele, primero, por ese bienestar. Ahorita los chicos no van a tener las herramientas para poder aprender, hay que acompañarlos para que puedan regularse, brindarles apoyo, de cierta manera la decisión de las clases a distancia, bajo la modalidad de internet, es buena pero también tiene sus desafíos, ya que dependen mucho de la conectividad, de los recursos o dispositivos tecnológicos que los chicos tengan. En todo esto debe la escuela ser flexible y priorizar objetivos: bienestar socioemocional y que los chicos puedan ir aprendiendo y desarrollando según sus principios de singularidad.
Ahora, hay casos de chicos que no solo están expuestos a un entorno de violencia en el marco educativo, sino también en sus barrios o sectores. ¿Cómo trabajar con ellos?
El trabajo que necesitamos como sociedad civil es la colaboración interdisciplinaria que tanto centro educativo, familia, autoridades, prioricen a nuestros estudiantes que no solo son el futuro, sino también son el presente activo de nuestra sociedad. Y esta interdisciplinariedad va hacia canales informativos, por ejemplo, frente a una situación de violencia qué camino puede tomar un adolescente para recibir una respuesta y una ayuda, a veces los chicos desconocen, especialmente cuando estas situaciones de violencia los consume los chicos no saben hacia dónde acudir, hacia dónde ir. Entonces, una información clara, precisa, rutas que orienten y que sobre todo minimicen y detecten de manera temprana, yo creo que eso va a ser una ayuda benefactora para nuestros chicos.
¿Educarse o crecer en un entorno de violencia implica necesariamente una vinculación con bandas o grupos delictivos?
Hay que ser conscientes de que los chicos están en una situación de vulnerabilidad, si los chicos no tienen acceso a una educación de calidad, si los chicos no tienen oportunidades para desarrollarse en el plano cultural, deportivo, los chicos van a tener el espacio y el tiempo para ser víctimas del crimen organizado. Por eso es importante que la sociedad civil, apoyada por el Gobierno nacional, los distritos, municipios, generen actividades que aporten a nuestros chicos. Sabemos que el tiempo de ocio es un factor que va a incidir mucho en que nuestros chicos puedan ser víctimas de esta problemática que estamos discutiendo.
¿Qué lleva a un menor a vincularse con bandas delictivas?
La raíz se centra mucho en el entendimiento de lo que pasa en la familia. Cuando en la familia no hay el apoyo, la apertura, la implicación, se crean vínculos frágiles que hacen que los adolescentes y niños estén en una posición de vulnerabilidad y sean, de cierta manera, un grupo fácil para que puedan incursionar en este tipo de organizaciones que por lo general buscan este tipo de perfiles. Por otra parte, la falta de oportunidades genera también cierto estrago, porque el joven, el adolescente en formación al no tener las garantías de poder desarrollarse en el plano profesional, el acceso a la universidad, a lo mejor un empleo que le permita también desarrollarse de manera digna, eso genera situaciones de mucha dificultad. Considero que debe ser una responsabilidad del Gobierno nacional, de la sociedad civil también generar espacios donde se puedan promover el arte, la cultura, el deporte. Cuando hay más tiempo de ocio es cuando hay más espacio para que estos grupos atenten y busquen víctimas en estos chicos.
¿Cómo sacarlos de este escenario?
Un espacio fundamental y prioritario es el centro escolar. El centro escolar es un escenario donde se puede hacer una detección temprana y, sobre todo, se puede buscar priorizar en el currículum lo que es la educación emocional. La educación emocional es un factor fundamental, especialmente en nuestro país, una educación emocional que se centre no solo en el desarrollo de habilidades blandas, sino también en aspectos éticos, aspectos morales, aspectos llevados a la empatía, a la solidaridad son escenarios que la escuela ecuatoriana tiene que tomar como de carácter urgente. Hoy nuestra sociedad debe volcarse a tomar la salud mental como una urgencia de Estado y especialmente debe dar las garantías a los profesionales de la psicología, a educadores, para que puedan ejercer su trabajo de manera eficaz y, sobre todo, con un plan de acompañamiento y formación continua. (I)