El próximo jueves, 30 de enero, se tiene previsto la reconstrucción de los hechos en torno al caso de los cuatro menores de Las Malvinas.
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A partir de las 20:00 se espera la comparecencia de los involucrados en los hechos suscitados en torno a la desaparición de los menores.
En el ámbito judicial, la Fiscalía lleva adelante un proceso investigativo por desaparición forzada en contra de 16 militares que permanecen con prisión preventiva.
Por aquello, en la diligencia se contempla la asistencia de los 16 uniformados, junto con sus abogados, así como familiares de los cuatro menores desaparecidos, miembros del Comité Permanente de Defensa de los Derechos Humanos, así como el fiscal encargado de la indagación, y delegaciones de protección.
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Previamente, a partir de las 17:00, se prevé que se realice un plantón por parte de integrantes de los familiares de los desaparecidos.
Fernando Bastias, integrante del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), expuso que en esta diligencia será vital el contraste de los testigos previo a la desaparición de los menores, uno de ellos que mantiene dentro del Programa de Víctimas y Testigos, y otro que no acudió a dar su testimonio anticipado la semana anterior.
Esta segunda persona habría mencionado que miembros de una banda, conocidos como alias Ñato, Momo y Dani, se los habrían llevado a los menores.
Inicialmente, los convocados se encontrarán en los exteriores de la av. 25 de Julio y av. Ernesto Albán, afuera de un centro comercial. Y luego se desplazarán por los sitios donde se mencionan que estuvieron los menores antes de su desaparición en Taura, según los relatos hasta ahora recogidos en el proceso.
La semana anterior, por este caso, dos de los tres testigos brindaron su testimonio anticipado. Entre ellos estuvo Luis Arroyo, padre de Ismael y Josué, y además un hombre que facilitó la llamada a uno de los niños en Taura. El tercer testigo no se presentó en el lugar.
El 8 de diciembre anterior, los cuatro menores Ismael, de 15 años; Steven, de 11 años; Nehemías, de 15 años; y Josué, de 14 años fueron abordados por una patrulla militar por una alerta de presunto robo en la avenida 25 de Julio, cerca de un centro comercial, y luego fueron llevados hacia Taura, situada en las afueras de Guayaquil, en el cantón Naranjal.
En esa localidad, según la versión del Gobierno, los menores fueron dejados y luego de ello se perdió el rastro de los menores hasta que el 24 de diciembre se hallaron cuerpos incinerados en el río Taura, y el 31 se confirmó que los cadáveres correspondían a los menores.
Por ahora, en paralelo, se mantienen indagaciones para conocer a los responsables del crimen de los menores. (I)