En la mayor cantidad de barrios del sur de Quito, como Solanda, Quitumbe, Guamaní, La Lucha de los Pobres, entre otros, los índices delincuenciales se mantienen al alza.

Robos, extorsión y homicidios intencionales son las principales novedades que han llegado a la capital con más incidencia este año, según la Policía Nacional.

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En la sesión del Concejo Metropolitano de Quito, desarrollada este martes 17 de junio, los ediles escucharon la comparecencia de la Secretaria de Seguridad, Carolina Andrade, quien aseguró que la Policía Nacional ha sido beneficiada con una inversión municipal de $ 12 millones durante el 2023 y 2024.

Además, aprobaron una resolución que exhorta al Gobierno nacional para que refuerce el número de policías y operativos en Quito.

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“Esto se ha visto traducido en entrega de motocicletas, vehículos, adecuación de las Unidades de Policía Comunitaria (UPC), además de equipos de software para el eje investigativo, incluso cuando no corresponde al ámbito municipal”, indicó la funcionaria.

Alias ‘Invisible’, condenado por el asesinato de Fernando Villavicencio, otra vez fue atrapado con objetos prohibidos en La Roca

No obstante, los números de la entidad policial y de la concejala Estefanía Grunauer dejaron entrever que existe un incremento del 32,4 % de casos de homicidio.

Solo en cinco meses, entre el 1 de enero y el 15 de mayo, 94 homicidios se han perpetrado en las periferias de la capital, entre el norte y el sur.

Durante el año 2024 se registraron 71 casos, pero en este 2025, los crímenes llegaron hasta el casco urbano y la zona empresarial de la ciudad, donde los moradores decían sentirse tranquilos al caminar, pero ahora es complicado.

La resolución que emitió el Concejo para que el Gobierno nacional refuerce el contingente policial en Quito fue aprobada con 17 votos.

El alcalde Pabel Muñoz pidió garantizar el número de efectivos que debe estar bajo el estándar mínimo internacional de Naciones Unidas: 1,8 policías por cada 1.000 habitantes.

Vanessa Yépez, moradora del sector El Condado, en el norte de Quito, indicó que la gente vive en constante alerta y trata de caminar lo más rápido posible para llegar a sus casas.

“Hoy, caminamos con miedo, un ruido o alguna cosa rara nos pone a temblar. No sé en qué momento Quito se convirtió en una guarida de ladrones. No solamente el sur está peligroso, el norte también está tomado por personas no deseables”, manifestó la ciudadana, mientras ascendía por la avenida Mariscal Sucre hacia su hogar.

De igual forma, un mes y cinco días más tarde, en Solanda, barrio tradicional del sur, las personas prefieren “guardarse en sus casas desde temprano”, debido a los altos índices de violencia que se presencian por las noches.

‘Hay más de 800 policías cuidando a personas con arrestro domiciliario, cuando deberían estar en las calles’Ç

En el sector, a dos hombres que circulaban en moto los acribillaron con ocho tiros a cada uno, el pasado 12 de mayo.

Esteban Velasteguí, morador del barrio por más de diez años, describió lo que se siente al abordar los pasajes oscuros del vecindario.

“Hasta iluminación hace falta. Cuando llego del trabajo, el camino se vuelve infinito. Guardo mi celular en el bolsillo y trato de correr si es posible”, aseguró. (I)