Dicen que cuando gana Barcelona el “aire huele a caramelo”; pero, en el cantón Huaquillas, el “aire olió a muerte”. Jaime Geovanni Erazo Ordóñez, de 55 años, celebraba la victoria de su equipo en un bar-discoteca cuando fue acribillado a tiros por desconocidos que irrumpieron en el lugar.
El violento hecho ocurrió cerca de las 20:45 del domingo, 20 de octubre, en un local ubicado en la ciudadela El Paraíso, en la intersección de las calles Esmeraldas y Azuay.
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Erazo, quien trabajaba como cuidador de buses en una cooperativa interprovincial, había asistido al establecimiento para disfrutar junto con sus compañeros del triunfo de Barcelona en el Clásico del Astillero.
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En medio de la música y el ambiente festivo, dos sujetos armados llegaron al lugar en una motocicleta. Uno de ellos ingresó al bar y abrió fuego contra Erazo, acabando con su vida en el acto. El ataque también dejó heridas a tres personas: Rosmary C., Víctor M., y Kelly Ch., una joven de 17 años.
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Los heridos fueron trasladados de inmediato a un centro médico, mientras que las autoridades confirmaron el fallecimiento de Erazo en el mismo lugar del crimen. Las balas no solo apagaron una vida.
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Las primeras investigaciones, según un extracto policial, sugieren que Erazo podría haber estado vinculado a un grupo delictivo, lo que hace sospechar que su muerte fue producto de un ajuste de cuentas entre bandas rivales.
Esta hipótesis, aunque preliminar, ha sido una de las principales líneas de investigación.
En la escena del asesinato, la policía halló seis casquillos y una bala percutida, elementos que serán analizados para determinar si están relacionados con otros crímenes violentos en la provincia. (I)