En medio de la acera izquierda en la calle Julián Coronel, en un especie de altar elaborado con cemento estaban cuatro figuras de la Santa Muerte.
La estructura, en esta zona del centro de Guayaquil, estaba pintada de blanco y tenía luces en su interior.
Frente a este altar la noche del sábado, 6 de septiembre, se registró un ataque armado que dejó un muerto y dos heridos.
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Una camioneta, con al menos cuatro sujetos armados, llegó hasta los bajos de un inmueble en Julián Coronel y disparó contra un grupo de personas que estaban libando.
En videos que se difundieron se observa que dos personas intentan escapar del ataque, pero son alcanzadas por las balas.
Entre las víctimas, según vecinos, figura un hombre conocido como ‘Guasón’.
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El hecho violento ocurrió en la misma cuadra donde se ubica una Unidad de Policía Comunitaria (UPC).
Según la Policía, el ataque se puede atribuir a la disputa de territorio por la venta de droga en el sector.
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La mañana de este lunes 8, personal de Segura EP en coordinación con la Policía y Urvaseo llegaron al sitio para derribar la estructura de cemento con las imágenes.
El sitio fue resguardado por agentes municipales y policías. Durante la acción, un grupo de ciudadanos llegaron al lugar.
Uno de ellos intentó retirar imágenes y artículos del altar.
El capitán Santiago Bejarano, jefe del circuito 9 de Octubre de la Policía, dijo que el hallazgo de este altar refleja como se ha acrecentado y quiere seguir predominando la ‘narcocultura’.
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“Lamentablemente es la narcocultura en expansión y muestra de eso este tipo de altares a los santos que se apegan a las organizaciones delictivas”, acotó.
Bejarano indicó que, al ser competencia del Municipio el espacio público, se coordinaron acciones conjuntas para la destrucción de la estructura.
Cerca de las 11:00, personal de Urvaseo retiró los escombros en medio de la mirada de la gente que se acercó al lugar.
En el sector hay temor, pues dicen que el ataque ocurrió a pocos metros de una unidad policial.
“Una muerte en la misma cuadra del UPC. Si esto ocurre significa que ya nadie respeta a la Policía o más que todo a un barrio tan tradicional del centro”, dijo un morador.
Otra vecina acotó que se requiere patrullaje por la presencia de libadores en tiendas y locales del centro.
“La gente se queda tomando afuera de las tiendas y eso llama a la muerte, llama al crimen y eso nos preocupa porque nosotros queremos sentirnos tranquilos en nuestras casas”, mencionó.