Afuera del Laboratorio de Ciencias Forenses, en el oeste de Guayaquil, piden una lista actualizada de fallecidos. Hay madres, esposas e hijos de los reos que hasta la mañana del martes último lograron comunicarse con sus familiares presos.

“Me dijo que lo ayude, que lo iban a matar, que llame al 911, que lo saque de ahí, y ya no pude hablar más con él. Eso fue a las 10:00”, contó una mujer que desesperada esperaba la lista de fallecidos y que rompía en llanto al enterarse de que al menos diez presos más fueron asesinados la noche del martes en sus celdas. En la cárcel Regional se registraron 31 muertos y 6 en la Penitenciaría.

Las escenas se repitieron este miércoles afuera del centro Regional. Algunas familias permanecían en las inmediaciones de la cárcel de máxima seguridad esperando noticias.

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Entre ellas estaba una madre que con la boleta de libertad en la mano lloraba desesperada y contaba que pese a que desde el domingo su hijo debía estar libre, sigue preso por la emergencia.

La mujer, que evitó identificarse, contó que su hijo estuvo preso dos años por droga y que él no sabe leer ni escribir, pero que con ayuda de un compañero le mandó un audio en el que le pedía ayuda y le decía: “Mamita, me van a matar”.

Con el documento girado por un juez la mujer toca desesperada la puerta de la cárcel, pero por la violencia generada en estos días, no hay funcionarios trabajando en el área legal. (I)