Para Melania García, quien vive en el sector de El Pedregal desde el 2003, es casi imposible salir hasta la puerta de su vivienda y esperar allí a su hijo que llega de la universidad todos los días en la noche. Hasta antes de la pandemia (marzo de 2020), ella caminaba desde su casa —queda en un pasaje— hasta la av. Raúl Clemente Huerta, una de las vías principales de la zona.

Ahora, eso es algo imposible después de conocer que dos de sus vecinas fueron víctimas de asalto a mano armada.

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En cámaras ubicadas en una de las viviendas de la zona, que forma parte del Guasmo, sur de Guayaquil, quedó captado el momento del robo. Una de las mujeres junto con su nieto estaban a pocos metros del portal de su casa cuando desde un auto, en el que iban cuatro personas, se bajaron dos y les apuntaron con un arma a ella y al menor de 6 años.

Ella, sin poner resistencia, dejó que los antisociales se llevaran su cartera, lentes, celular y hasta la patineta con la que jugaba su nieto.

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Poco después, se conoció que ese mismo vehículo robó a dos personas cuando llegaban al parque que hay en el sector.

“La forma del robo es casi la misma y eso nos preocupa, porque ya no respetan que estén niños presentes o que usen armas cerca de lugares adonde van las familias (parques)”, mencionó García.

Vecinos comentan que los hechos delictivos no cesan en este sector desde inicios de año. La mayor parte de los robos a transeúntes se registra sobre la Raúl Clemente Huerta y la Adolfo Simmonds, mientras que a ciertas viviendas y a personas que llegan en la noche luego de trabajar o tras compromisos se dan en los pasajes y transversales que forman parte de El Pedregal.

Una de las vías principales de El Pedregal es la Raúl Clemente Huerta. Foto: El Universo

En la semana, dicen moradores, se registran entre dos y tres asaltos a ciudadanos a pie por parte de antisociales en moto y hasta cinco robos con ingreso a viviendas perpetrados por sujetos en autos.

Algunos moradores cuentan que hace un par de semanas las cámaras captaron cuando unos antisociales interceptaron a una pareja que estaba estacionada afuera de un domicilio. Uno de los autos (de los asaltantes) se colocó del lado del piloto, mientras que dos motos se ubicaron en la parte frontal y trasera.

La pareja fue amedrentada con armas para que entregaran todas sus pertenencias. El hecho ocurrió cerca de las 19:00. Asimismo, los vecinos han observado cómo individuos rondan el barrio o se estacionan con las luces apagadas en pasajes oscuros.

Según Leila Cruz, hay robos de todo tipo, pues también se han conocido casos de hurto de autopartes de vehículos (carros y motos) y de las cajetas de los medidores que dan a la calle. De hecho, en una de las peatonales diagonales a la calle Adolfo Simmonds, el pasado lunes se registró uno de estos robos. En el sitio solo quedaron los cables sueltos.

Los puntos críticos dentro de El Pedregal son los pasajes 4 y 5, así como las peatonales que llegan hasta la av. Raúl Clemente Huerta.

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Otro ciudadano afirma que suele observar a personas que aparentan ser recicladores, pero que llegan a robar artículos de vehículos; y, en otros casos, llegan a analizar los posibles artículos que se pueden sustraer.

“Se ha solicitado a la Policía más patrullaje, porque hemos visto que son siempre los mismos carros sin placa, pero en diferentes colores. Sabemos, por las redes sociales, que esos mismos carros andan robando también en la cooperativa Pablo Neruda y en la Río Guayas”, manifestó el vecino.

Según vecinos, la situación en la zona es apremiante. Frente a los asaltos y robos a mano armada, los vecinos toman recaudos en sus salidas y, de hecho, evitan permanecer por mucho tiempo dentro de los vehículos al llegar a casa.

“Lo que solicitamos es que haya intervención policial y se detecte si algunos de los pasajes son rutas de escape de delincuentes”, afirman.

Los moradores también solicitan que se revise la iluminación en la zona, ya que ciertos puntos del barrio están a oscuras. (I)