‘Con el traslado de los presos de Latacunga ellos sabían que los iban a atacar’: testimonios de padres de reos asesinados en la Penitenciaría

“Mi hijo ya se estaba despidiendo desde el martes, me decía que me amaba mucho, que cuidemos a su hijo. Ya ellos sabían lo que iba a pasar”. Es el testimonio de la madre de Royer Chiriguaya Lino, uno de los trece reos asesinados el miércoles 5 de octubre en el pabellón 9 del Centro de Privación de Libertad Guayas 1, conocido como Penitenciaría del Litoral.

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A la familia de este hombre de 30 años le dijeron que supuestamente era uno de los cuatro privados de libertad que habían sido decapitados en el más reciente enfrentamiento en la prisión.

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La madre del ahora occiso estaba en la morgue a la espera de reconocer el cuerpo. Contó que su hijo tenía su nombre tatuado en la espalda, una estrella en el pecho y una cicatriz de quemadura que se hizo de niño en el brazo.

”Como sea su papá lo va a reconocer. Era mi único hijo”, expresó la mujer entre lágrimas, mientras una de sus hijas la abrazaba afuera de la morgue.

La familia contó que desde el martes que trasladaron a los 160 reos desde la cárcel de Latacunga hasta la Penitenciaría, los presos de Guayaquil conocían que se iban a dar nuevos actos de violencia.

”Ellos sabían que se iban a empezar a meter a los pabellones”, dijo la mamá de Chiriguaya, al tiempo que explicó que su hijo estaba en el ala C del pabellón 9, donde colocaron al menos a 15 de los presos que llegaron de la cárcel de Cotopaxi tras el asesinato de Leandro Norero, alias el Patrón, hombre de 34 años procesado por lavado de activos.

Este hecho se dio la tarde del lunes en la cárcel de Cotopaxi y los enfrentamientos en esa prisión duraron hasta el martes.

Ese día llegaron los reos de dicha prisión a la Penitenciaría y en los pabellones se reforzó la seguridad. Incluso desde los techos hacían guardia para avisar si alguien se les trataba de meter a su espacio.

”Mi hijo amaneció con fiebre, me dijo que se iba a bañar porque le tocaba guardia. Ellos se turnaban para estar pendientes de que no se les metieran”, contó la mamá de Chiriguaya.

La familia vive en la zona del puente de la A, en el suburbio. La hermana del reo asesinado contó que estaban recorriendo algunos cementerios buscando un espacio para enterrarlo porque supuestamente en el cementerio Ángel María Canals ya no habría capacidad.

Al igual que Royer Chiriguaya, otros doce reos fueron asesinados el miércoles en el pabellón 9 de la Penitenciaría.

Tras controlar la situación, la policía ingresó para allanar los pabellones y encontró armas, municiones , celulares y droga.

Tío y sobrino entre asesinados

La familia Guadamud llora a dos de sus miembros en la más reciente masacre carcelaria. Un tío y su sobrino que estaban en el pabellón 9 están entre las víctimas mortales.

Los parientes que viven en el suburbio confirmaron este viernes que dos de sus miembros están entre los trece muertos. Contaron que reos de los pabellones 2 y 3 habrían ingresado para matar a los privados de libertad.

Entre las víctimas están Dave Santiago Guadamud Chóez y su tío Jordi Guadamud Chóez. Ambos compartían celda en la cárcel de Guayaquil desde hace ocho meses, contó la madre del primero, mientras lloraba afuera de la morgue minutos antes de que les confirmaran que sus familiares estaban en el listado.

”Hasta las 11:00 del miércoles yo estuve chateando con él, me dijo ‘mami, dame para una colita’ y yo le deposité 7 dólares”, narró la mujer que rogaba a Dios que el listado tuviera un error y que ni su hijo ni su hermano estuvieran entre los fallecidos.

Ella explicó que su hijo aún no tenía sentencia, que tenía 8 meses en el pabellón 9, por tráfico de sustancias sujetas a fiscalización.

Y aseguró que Dave Santiago conducía una tricimoto y que hubo un operativo en el que se descubrió que supuestamente el pasajero tenía droga.

”Los detuvieron a ambos, pero el pasajero pagó y quedó libre. Yo no tuve plata para darles a los policías”, expresó la mujer entre lágrimas.

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El tío de Santiago ya había sido sentenciado y cumplía una pena de 40 meses tras haber sido detenido en mayo del 2021, también por el delito de tráfico de sustancias sujetas a fiscalización.

La familia Guadamud hacía los trámites la mañana de este viernes para retirar los cuerpos y velarlos en su sector, al igual que el resto de parientes de los internos asesinados. (I)