“Yo tengo 83 años y nunca he dejado de creer en el país. Si me toca votar para la próxima, estaré aquí”, expresó Gonzalo González, persona de la tercera edad que se trasladó solo desde la ciudadela Alborada hasta la Academia Naval Guayaquil.

Más oportunidades laborales y más seguridad para el país es lo que desean votantes jóvenes

“Mi mayor deseo es que haya un acuerdo entre los mismos partidos políticos, que un poco aflojen sus deseos, sus ambiciones. Que el partido que llegue logre controlar sus ansias de poder. Que la nueva Asamblea Nacional comprenda las necesidades que tiene el país”, indicó el hombre antes de retirarse del recinto y mientras se sostenía con mucho cuidado de su andador.

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Por otra parte, Concepción Maridueña, de 75 años, y su esposo Bolívar, de 81, llegaron al colegio Francisco de Orellana a las 11:30. Su hijo los dejó cerca y se bajaron para caminar dos cuadras hasta la puerta del recinto electoral.

Cada uno iba con un bastón y caminaban de la mano. Pese a lo complejo que es para ellos movilizarse llegaron a la junta receptora del voto para ejercer su derecho, aunque ya no es obligación por ser mayores de 65 años dicen acudir por patriotismo, por defender la democracia. “Desde chicos nos han enseñado que hay que defender la patria y esta es mi forma de hacerlo”, afirma Concepción, quien durante 45 años trabajó como educadora.

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Del nuevo presidente la adulta mayor espera que genere un cambio por la delincuencia y violencia que hay. “Vivo asustada en mi casa, encerrada. Ya soy monja de claustro”, dice Maridueña, quien vive en La Saiba.

Irene María, de 65 años, también dice que vive encerrada y asustada en su casa. Ella llegó a Las Acacias buscando la escuela Cerro Azul, donde debe votar su esposo, Luis Antonio, de 75 años.

Ambos piden mayor seguridad, cuenta que viven en Flor de Bastión y que el viernes pasado mataron a un joven cerca de su casa. “Que la cosa se solucione, ya uno no puede salir”, dijo María mientras su esposo decepcionado expresaba: “Ya me da igual quien gane porque todos van a robar”.

Personas de la tercera ejercieron su voto facultativo en la Academia Naval Guayaquil. Algunos llegaron en sillas de rueda, muletas o andadores. Foto Jorge Guzmán  Foto: El Universo

Fanny Gómez, de 70 años, llegó a votar en una silla de ruedas acompañada de su hijo. La mujer que sufraga en la Unidad Educativa José Martínez Queirolo, de la cooperativa Juan Montalvo, dijo que acudió a votar por la injusta y por la forma violenta y canalla que fue asesinado hace diez días el candidato presidencial Fernando Villavicencio. “Me arde en la sangre lo que ha pasado y estoy aquí pidiendo justicia, justicia para el caído”, dijo Gómez, mientas esperaba en una mesa que le llevarán sus papeletas para ejercer su derecho al voto.

Hasta ese punto también llegó Carmen Espinoza. Tiene 69 años, le operaron la rodilla hace poco y dice que espera mano dura contra la delincuencia. Aunque confesó que no sabe leer ni escribir y no sabía que ya no era obligatoria para ella acudir a las urnas, dijo que respeta que el nuevo presidente traiga paz y seguridad. “Estamos viviendo en una crisis terrible, no podemos ni ir al mercado, peor salir a divertirnos un ratito. Salgo a la puerta de mi casa y ya me asusto porque me pueden matar. Cuántas criaturas inocentes no han muerto en las balaceras”, reflexiona la mujer que llegó acompañada de sus hijos.

Hugo Valarezo, del sector Mapasingue 27 de Enero, fue otra de las personas de la tercera edad que también decidieron ir a votar. “Todos los años voto, y lo haré hasta siempre, antes venía con un bastón”, mencionó Valarezo, quien madrugó a las 05:00 para prepararse para estas elecciones y estar a tempranas horas en su reciento electoral, la Unidad Educativa Augusto Mendoza.

“A las personas de la tercera edad que vengan a votar para que no seamos unos ecuatorianos más abandonados. Queremos algo duro para el país”, indicó el ciudadano.

Nancy Vera acudió acompañada por su esposo, Jorge Díaz, a sufragar esta mañana a la Unidad Educativa Ismael Pérez Pazmiño, localizada en La Alborada tercera etapa, norte de Guayaquil. Ambos, de la tercera edad, pensaban aprovechar esta salida para encontrarse con otros familiares en otra institución.

El deseo de Vera, proveniente de la ciudadela Guayacanes, es que el próximo Gobierno combata principalmente la delincuencia, aunque entiende que la lucha del país tiene que estar enfocada también en la corrupción y en la estructura en la que se soporta.

Dice que el Ecuador necesita de un “buen presidente”, que “ponga mano dura”, para que las propuestas de campaña sean ejecutadas.

Para su esposo, la prioridad es la seguridad de su ciudadela y el trabajo en equipo con la comunidad. Insta a la población a unirse en este reto y que colaboren con los autoridades. “Esto no se se puede cambiar de un momento a otro, esto es un proceso que seguirse”.

Por “ser patriota” Maribel Ponce acudió a sufragar en el colegio Ismael Pérez Pazmiño. Llegó bastante convencida de que el país necesita mejorar con un presidente que “tome la batuta y saque adelante al Ecuador”.

Confía en que el gobernante que elija el pueblo va a cumplir las promesas de campaña desde la Presidencia, independientemente de las decisiones de los diputados. Maribel conserva el mal recuerdo que dejó la Asamblea Nacional, que fue disuelta en mayo pasado por el presidente Guillermo Lasso tras invocar el mecanismo constitucional de la “muerte cruzada”

“Yo sí creo que en la Presidencia”, subrayó. Maribel piensa que el candidato de su predilección tiene las agallas “para poner orden en este Ecuador”. Cree que primero se tiene que combatir la delincuencia “y de ahí viene la corrupción, y por dentro también el gabinete y todos sus alrededores. Es una corrupción todo”.

En tanto, Franciso, de 72 años, menciona que trabaja de forma independiente y espera que el nuevo Gobierno dé más oportunidades de empleo para las personas de la tercera edad.

“Espero que ojalá vayamos por buen camino, que el que viene venga con una frente bien parada. Que haya empleo para los mayores de edad”, expresó.

Agrega que al ser un Gobierno corto “habrá que ver lo que el nuevo mandatario hace por el país “.

En tanto, Efraín, de 72 años, confesó que hubiera preferido que el Gobierno actual termine su periodo, en lugar de convocar a estas elecciones que considera “anticipadas”. A pesar de que no está obligado a sufragar lo hace por la “esperanza de un cambio”.

“Por la inoperancia de los políticos de la Asamblea que nos expuso a esta situación. Yo hubiera preferido que se terminara este Gobierno y de ahí elegir nuevamente, pero ya nos tocó. (…) Voto con la esperanza de un cambio”, expresa. En cuanto al desempleo, menciona que es una “situación terrible”, pues lo relaciona con la inseguridad que vive el país.

Según el Código de la Democracia, el voto es obligatorio para los ecuatorianos de entre 18 y 64 años, y es facultativo (es decir, no es obligatorio) para los adolescentes de 16 y 17 años; y para los ciudadanos de 65 años en adelante. Este voto facultativo también se contempla para las personas con discapacidad. (I)