“Dijeron que no iba haber largas filas”, se quejó un ciudadano que hacía fila para ingresar al recinto electoral que funciona en la Escuela Fiscal Mixta Manuel Gómez Abad, ubicada en Cuenca y Quito, en Durán.

Sobre la calle Cuenca aguardaban las sufragantes y en la calle Quito esperaban los votantes.

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El distanciamiento social era casi nulo tanto en las dos filas.

No obstante, pasadas las 08:30 el panorama cambió en esta unidad educativa donde se instalaron 30 juntas receptoras del voto: 15 de hombres y 15 de mujeres. El proceso de votación se agilizó. Las personas de la tercera edad, con alguna capacidad reducida y las mujeres con niños en brazos ingresaban directamente

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“Siga, siga, póngase alcohol”, advertía un militar a quienes ingresaban a este recinto electoral.

En el interior de la unidad educativa, las filas no pasaban de diez personas, a quienes les tomó aproximadamente unos cinco minutos votar, entre la espera y ejercer su derecho.

Lady Bueno, coordinadora de recinto, indicó que adentro están tratando de que haya mayor fluidez para agilizar el ingreso de más votantes.

Una situación similar se registró en la Escuela Benjamín Rosales, en la ciudadela Martha de Bucaram de Roldós, norte de Guayaquil. Pasadas las 09:00, Alexi Palma salió de su casa. Él esperaba que no hubiese una larga fila, como la que tuvo que hacer en la primera vuelta. Cuando llegó la entrada estaba abierta a los sufragantes.

“Entré sin problemas. Había tres personas conformando la mesa que me tocó. En cuestión de cinco minutos voté. Ahora hay que esperar los resultados”, dijo el hombre de unos 55 años.

El resto de juntas receptoras del voto también experimentaron una rapidez en el proceso de sufragio. (I)