El exdirector de Inteligencia del Ejército ecuatoriano Mario Pazmiño cuestiona el contenido y alcance de la nueva Ley de Inteligencia aprobada por la Asamblea. Aunque reconoce que el objetivo de fortalecer el combate al crimen organizado es crucial, advierte que la norma, tal como está planteada, puede convertirse en un arma de doble filo: vulnera derechos ciudadanos, concentra funciones sin controles efectivos y revive prácticas de regímenes anteriores como el correísmo.