En el año 2015 se concretó la adquisición del 94,4 % de las acciones de Grupo El Comercio, de Quito, por parte de Telecomunicaciones Globales de Entretenimiento Televisivo (Telglovisión S. A.), una empresa vinculada al magnate mexicano-estadounidense Remigio Ángel González, conocido como ‘el Fantasma’.

Para entonces Rafael Correa Delgado, actualmente prófugo de la justicia tras ser sentenciado dentro del caso Sobornos, era presidente de la República y en su gobierno figuraban Vinicio Alvarado y Fernando Alvarado, quienes -según una investigación del portal Fundamedios- fueron los enlaces para que el correísmo permita la adquisición del periódico local por parte de un extranjero.

Para esta investigación, de acuerdo con Fundamedios, “se realizaron entrevistas a excolaboradores de González -empresario cuya fortuna en el 2006 se calculaba en $ 2.000 millones, y que acumula medios de comunicación en varios países, generalmente a través de terceras personas-; y se analizaron documentos de transacciones”, se asegura en el informe.

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El portal indica que ‘el Fantasma’ seduce a funcionarios que tengan nexos con la política local, para acercarse sigilosamente a los gobiernos de turno y que en Ecuador el empresario encontró en los hermanos Alvarado Espinel los aliados perfectos al ser muy cercanos a Correa. En especial Fernando Alvarado, quien fue secretario nacional de Comunicación entre 2009 y 2015.

Pauta y frecuencias a cambio de control editorial

Según la fuente a la que accedió Fundamedios, los hermanos Alvarado sugirieron a Ángel González la compra de El Comercio. Para animarlo, la misma fuente señaló que los funcionarios le ofrecieron “pauta oficial en sus nuevos medios impresos; contratación de los servicios de imprenta; un nuevo canal de televisión (una de las exigencias de ‘el Fantasma’ para comprar El Comercio), así como la regulación y entrega de 8 frecuencias de radio en sus manos.” A cambio pidieron parte del control editorial del diario para favorecer al correísmo y $ 530.000.

Un documento del grupo interno de Ángel González, titulado ‘ECU-Detalle negociaciones de JMB e IB, al que tuvo acceso la organización Fundamedios, describe el plan de pago que se realizó para Ecuador: un desembolso de $ 150.000 por la entrega de la frecuencia de Canal 11 (TVC), y otro de $ 350.000 por la regulación y entrega de las frecuencias de Galaxia Stereo, Joya Stereo, Metro Stereo, Tropicálida FM Stereo, Alfa Stereo, Fabu Stereo, HN Radio y Radio Quito.

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La investigación detalla que los Alvarado buscaron al cantante español José María Bacchelli, a quien entregaron un sueldo mensual de $ 15.000, para que fuera el intermediario del negocio con ‘el Fantasma’. Así, el dinero era entregado por la gente de González a Bacchelli, alias ‘el Cantante’, y este se lo daba a los funcionarios de Correa.

El documento ‘ECU-Detalle negociaciones de JMB e IB’ especifica que los pagos se realizaron por partes, a medida que las negociaciones avanzaban y se concretaba la entrega de frecuencias de radio y televisión. Por ejemplo, el desembolso de $ 150.000 se hizo mediante una transferencia a la compañía Galápagos JMB por $ 28.000, y otro pago de $ 22.000 en cheques. Los $ 100.000 restantes se entregaron cuando estuvo el documento de adjudicación de Canal 11 a su favor.

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Pagos a paraíso fiscal

Los pagos se realizaron desde empresas relacionadas con los testaferros de Ángel González a Galápagos JMB LLC, sociedad a nombre de una ex Miss Ecuador y su esposo, empresa que está radicada en la isla de Nevis, un paraíso fiscal, y con cuenta bancaria en el banco Wells Fargo, de EE. UU.

Prolasa S. A., una sociedad panameña creada en 1975, efectuó los pagos a Galápagos JMB LLC por $ 7.000 y $ 8.000. Entre sus directivos tiene a Jesús Armando González González (México), hermano de ‘el Fantasma’; Guadalupe Carlos Hernández Martínez; y José Luis Yarzabal Burela, prestanombres de González, que aparecen como presidentes en empresas uruguayas.

Otra empresa que realizó un pago de $ 15.000 a Galápagos JMB LLC fue Radio y Televisión Guatemala S. A., compañía centroamericana, actual accionista mayoritaria de la empresa Andivisión S. A., que es concesionaria de la frecuencia Tropicálida Stereo.

En tanto, Televesiete S. A., parte del Grupo Albavisión, y accionista de la empresa ecuatoriana Televisión Independiente Indetel S. A., realizó dos pagos por $ 15.000 en 2016 a Galápagos JMB LLC.

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Reforma a la LOC bajo pedido

Por ese entonces, la Asamblea Nacional -dominada por el correísmo- había aprobado la Ley Orgánica de Comunicación (LOC), que prohibía a los extranjeros ser dueños o accionistas de medios, salvo que vivieran “de manera regular” en Ecuador. Además, los dueños de medios no podían dedicarse a otro tipo de actividad económica y había un límite de frecuencias que podía tener una persona.

Pero llegó el reglamento a la LOC, aprobado por Rafael Correa, que permitió a los extranjeros ser dueños de los medios de comunicación en Ecuador. Allí se dispuso que la prohibición no se aplicará a personas o empresas de países que hubieran suscrito acuerdos o convenios de cooperación comercial o de complementación económica con Ecuador. Uruguay forma parte de esta lista, y es justamente allí donde González constituyó empresas.

Telglovisión, empresa que adquirió la mayoría de acciones de El Comercio, registró como socios a Blackster S. A., compañía de nacionalidad uruguaya que entonces tenía un capital de $ 79; y a la Televisora Integral de Comunicación Nacional (Telintecomun S. A.), con un monto de $ 8. En total, Telglovisión tenía en 2015 un capital suscrito de apenas $ 800, según la información oficial.

En la investigación se asegura incluso que el artículo específicamente fue incorporado como una excepción expresa a pedido de González, que incluso su personal de confianza redactó una propuesta. “Fue una negociación directa que se hizo con el gobierno de Correa, con los hermanos Alvarado y Alexis Mera, que en ese momento era secretario jurídico de la Presidencia”, aseguró el ex alto ejecutivo de Albavisión, cuyo nombre se mantiene bajo reserva.

Una vez que El Comercio pasó a poder de ‘el Fantasma’, los hermanos Alvarado pretendieron controlar las decisiones editoriales y estuvieron tras la salida de dos reconocidos periodistas críticos con el Gobierno. No obstante, Carlos Mantilla, designado como presidente ejecutivo de El Comercio, siempre quiso que se interfiriera lo menor posible la línea editorial del diario, detalló la fuente.

Además, se asegura que los favores no solo se dieron durante el mandato de Correa, sino que se extendieron a la administración de Lenín Moreno Garcés. (I)