Con la llegada a Varosha de un conflicto étnico en 1974, sobre la isla de Chipre se detuvo el tiempo y tras la invasión turca los habitantes de la ciudad casi de inmediato abandonaron el lugar con la esperanza de que alguna vez pudieran retornar con un panorama menos tenso.

Casi 50 años después, los habitantes que huyeron o al menos los que quedan vivos, ya perdieron las esperanzas y la ciudad principal del distrito de Famagosta se convirtió en una ciudad fantasma, escribió El Clarín.

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Varosha es ahora el balneario fantasma

Los chipriotas no solo tuvieron como obstáculo el conflicto étnico. Detrás de la invasión, cuando se preparaban para volver con el mejor de los ánimos, estalló un golpe de Estado y luego la zona pasó a manos de las fuerzas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que impidieron que continuara la batalla campal que existía entre los habitantes y los turcos.

El conflicto dejó hace 48 años, como un lugar fantasma a uno de los balnearios más hermosos del planeta, el cual contaba con varios hoteles cinco estrellas e innumerables atracciones turísticas que permanecen indemnes, como fotografiadas en el tiempo. Todo sigue en pie, pero desolado, como si se tratara de un escenario de Hiroshima.

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Las imágenes del lugar muestran hoy a una Varosha igual a la de los años 70, una ciudad totalmente abandonada, pero intacta, incluso hasta los edificios y casas con sus respectivos muebles, según los registros fotográficos de los pocos turistas que tienen el privilegio de acceder a la ciudad.

El balneario Varosha era frecuentado por celebridades

Por su alto potencial turístico y belleza paradisiaca, Varosha llamó la atención de famosos como Liz Taylor, Richard Burton, Raquel Welch y Brigitte Bardot, entre cientos de artistas. El lugar estaba en la cima con tres características que ningún otro tenía: belleza, glamour y privacidad.

Hoy, casi medio siglo después y a pesar de los bombardeos y daños atmosféricos en el pasar de los años, se pudiera decir que existen personas que siguen con la esperanza de recuperar esa ciudad balnearia amada por los turistas.

De hecho, miles de personas firmaron una petición para que Turquía se siente a negociar y permita que a la ciudad regrese el esplendor que la caracterizaba.

Toda la ciudad está rodeada de alambres de púas y militares que la patrullan. Desde 2012 se espera que las partes se sienten en una mesa de negociación para devolver la vida a ese sitio, pero el momento no llega. (I)

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