El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, condenó este lunes la ofensiva rusa sobre la ciudad ucraniana de Mariúpol, en momentos en que varios países del bloque piden sanciones contra el sector energético de Rusia.

A su llegada a la una reunión de cancilleres y ministros europeos de Defensa, Borrel dijo que el asalto ruso a Mariúpol es un “enorme crimen de guerra”, por los bombardeos indiscriminados.

“Lo que está ocurriendo en Mariúpol es un enorme crimen de guerra: [están] destruyendo todo, bombardeando y matando a todos”, dijo el jefe de la diplomacia europea.

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Por su parte, la ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, apuntó que “se trata claramente y sin dudas de crímenes de guerra”.

Varios ministros europeos mencionaron que la magnitud de la destrucción en Mariúpol justificaba discusiones sobre sanciones adicionales contra Rusia, tal como lo pide el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.

Hasta el momento, la UE adoptó varios paquetes de pesadas sanciones económicas contra funcionarios y empresas rusas, pero se ha resistido a extender las medidas restrictivas a los sectores de energía, en especial petróleo y gas, por el alto nivel de dependencia europea.

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‘Reducir la dependencia’

“Visto el nivel de la destrucción en Ucrania en este momento, es muy difícil, en mi opinión, argumentar que no deberíamos movernos hacia [sanciones contra] el sector energético, particularmente el petróleo y el carbón”, declaró el canciller irlandés, Simon Coveney.

Por su parte, Baerbock dijo acerca de los países europeos: “[Estamos] trabajando mucho para reducir nuestra dependencia de las importaciones combustibles fósiles (...) y vamos a salir de la dependencia energética que tenemos con relación a Rusia”.

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Este lunes, Zelenski formuló un llamado a la UE para que detenga todo el comercio con Rusia, en particular de recursos energéticos.

“Ningún euro para los ocupantes, ciérrenle todas sus puertas, no le envíen sus bienes, rechacen los recursos energéticos”, pidió el presidente ucraniano.

“Sin comercio con ustedes, sin sus empresas y sus bancos, Rusia no tendrá más dinero para esta guerra”, agregó.

En general, se estima que alrededor del 40 % de las importaciones europeas de gas combustible provienen de Rusia, y diversas estimaciones indican que en el segmento de petróleo esa dependencia es superior al 20 %.

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Por ello, parte importante de la infraestructura industrial en el bloque está apoyada en la disponibilidad de esas fuentes energéticas, en particular el gas ruso. Esa situación es particularmente sensible en Alemania.

Entre las sanciones ya adoptadas, la UE ordenó la exclusión de importantes bancos rusos de la red interbancaria Swift, pero no incluyó en esa medida precisamente a las entidades a donde realiza los importantes pagos por las importaciones de gas y petróleo.

En este contexto, la UE decidió reducir esa dependencia, pero el proceso de transformación puede demorar décadas, y la opción inmediata es hallar otras fuentes de abastecimiento energético.

Este lunes, el canciller de Lituania, Gabrielius Landsbergis, señaló que “el petróleo representa la fuente de ingresos más importante para el presupuesto ruso, y es fácilmente remplazable”.

En ese escenario, Bélgica anunció el viernes que decidió retrasar en diez años su abandono de la energía nuclear. (I)