La mano derecha de uno de los mayores narcos de la camorra napolitana y cuatro mexicanos con la boina de los ‘peaky blinders’ querían establecer una franquicia del Cártel de Jalisco Nueva Generación, para lo que se servían, por ejemplo, de rituales santeros para que la cocaína llegara a España sin problemas.
Una sucursal que los agentes de la Policía española especializados en la lucha contra las drogas y el crimen organizado, junto con la agencia estadounidense DEA y la Policía de Países Bajos, cerraron en una operación que se saldó con 20 detenidos, 15 ya en prisión.
Todos ellos con distintos papeles y nacionalidades -españoles, mexicanos, colombianos e italianos-, enlazados en una estructura perteneciente al Cártel de Jalisco Nueva Generación, considerado una organización terrorista por EE.UU. y que se dedicaba a introducir desde Latinoamérica, sobre todo desde Costa Rica, grandes cantidades de cocaína y metanfetaminas ocultas en maquinaria industrial de gran tonelaje.
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Este importante golpe policial supone abortar el establecimiento en España de una organización criminal que estaba “explorando” las vías para introducir estupefaciente tanto en España como en Europa a través de los puertos de Oporto (Portugal) y Rótterdam (Países Bajos), según revelaron los responsables este martes.
Fardos de cocaína con un inédito doble logo
Pequeñas aprehensiones en Bilbao (norte) y Valencia (este) hace más de un año condujeron hasta la organización que marcaba su mercancía con dos logos, algo inédito, ya que los fardos suelen llevar solo una pegatina para distinguir el origen de la droga.
A partir de estas incautaciones, los agentes llegaron a varias fincas de uso industrial en el centro de España, donde se coordinaba, almacenaba y custodiaba el estupefaciente.
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Desde otros inmuebles situados en Talavera de la Reina (Toledo, centro) recepcionaban y enviaban la maquinaria industrial con el estupefaciente oculto a Italia, donde existían vínculos con la camorra napolitana.
De hecho, este septiembre se detectó un primer envío de cocaína a través de la mano derecha de Raffaele Imperiale, uno de los narcotraficantes más importantes afiliados a la Camorra y en la lista de los fugitivos más buscados hasta su arresto en 2021 en Dubái.
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Un empresario español, pieza clave de la nueva ‘oficina’
Entre los 20 arrestados en España figuran este italiano y un colombiano, considerados dos objetivos de “valor” para la DEA, así como el hijo de este último y otro ciudadano colombiano enlace con los anteriores que realizaba rituales de santería.
En el momento de su detención, el colombiano ‘santero’ portaba un gorro que decía no se podía quitar hasta dentro de un año como superstición para no ser detenido y que los cargamentos llegaran sin incidencias.
No fue el único arrestado con complementos en la cabeza, según fuentes de la operación policial.
Mientras que a los cuatro mexicanos detenidos, los emisarios del cártel y que podían permanecer en España solo unos tres o cuatro meses, también les gustaba lucir gorra, en este caso las icónicas boinas con visera de los personajes de ‘Peaky Blinders’, la serie de televisión sobre una pandilla de gánsteres de Birmingham a fines del siglo XIX.
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Otra pieza clave en esta franquicia, según las fuentes, es el empresario español detenido, sin antecedentes, encargado de dar soporte logístico a esta ‘oficina’ del cártel mexicano con varias sociedades mercantiles y de lavar el dinero de la droga con la compra de decenas de lingotes de plata y monedas que pueden alcanzar los 2.000 euros el kilo.
La Policía requisó unos 70 kilos de plata, además de 1.870 kilos de cocaína, 375 kilos de anfetamina, 275.000 euros en efectivo, criptomonedas por valor de 15.000 dólares, 3 armas cortas de fuego y 15 vehículos. (I)
























