Cada 24 de mayo, Ecuador conmemora uno de los acontecimientos más determinantes en su historia: la Batalla del Pichincha.
Este enfrentamiento militar, ocurrido en 1822 en las faldas del volcán Pichincha, marcó el rumbo definitivo hacia la independencia del actual territorio ecuatoriano del dominio colonial español.
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Este crucial combate fue protagonizado por el ejército patriota, liderado por el general venezolano Antonio José de Sucre, lugarteniente del libertador Simón Bolívar.
El ejército patriota, compuesto por unos 3.000 hombres entre infantería y caballería, lograron imponerse sobre las fuerzas realistas comandadas por el español Melchor Aymerich, último presidente de la Real Audiencia de Quito.
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El 22 de enero de 1822 dio inicio la ofensiva por la independencia, tras la proclamación de independencia de Guayaquil en octubre de 1820. El general Antonio José de Sucre emprendió la marcha desde su base militar con destino a Quito.
Las tropas, divididas en grupos, navegaron hasta Machala utilizando rutas fluviales. Posteriormente, los independentistas ocuparon Cuenca, aprovechando que las fuerzas realistas la habían abandonado al huir hacia el norte.
Ya en abril, la caballería al mando de Sucre logró vencer a las fuerzas montadas realistas en la batalla de Tapi, también conocida como Riobamba. El 13 de mayo, los insurgentes partieron desde Ambato rumbo a Quito, a donde arribaron el 17 del mismo mes.
El 22 de mayo se establecieron en Chillogallo, donde Sucre diseñó una estrategia para rodear las faldas del volcán Pichincha y alcanzar El Ejido, en Iñaquito. La maniobra resultó especialmente compleja debido a las dificultades del terreno para los jinetes y el transporte de municiones.
El combate se desató en la mañana del 24 de mayo. Pese a las dificultades del terreno y el retraso de algunas compañías, las fuerzas patriotas lograron contener y derrotar al batallón Aragón, clave del ejército realista.
Para el mediodía, el destino estaba sellado: Aymerich reconoció la derrota y los independentistas entraron triunfantes en Quito.
La hazaña no solo selló la libertad del territorio de la Audiencia de Quito, sino que también fortaleció la causa independentista en toda la región andina. Sucre, conocido más tarde como el Gran Mariscal de Ayacucho, se consolidó como uno de los grandes líderes de la emancipación suramericana.
Entre los héroes de la jornada se encuentra el teniente Abdón Calderón, oriundo de Cuenca, quien fue gravemente herido en combate pero vivió lo suficiente para presenciar la liberación de la ciudad.
Asimismo, tres mujeres lojanas y ambateñas —Inés Jiménez, Nicolasa Jurado y Gertrudis Esparza— se unieron al ejército libertador disfrazadas de hombres, adoptando identidades masculinas para poder combatir junto a los patriotas. Posteriormente, sus contribuciones fueron reconocidas y se les devolvió su identidad femenina.
En reconocimiento a esta gesta heroica, cada año se celebra un feriado nacional. En 2025, el Gobierno trasladó la conmemoración al viernes 23 de mayo para facilitar un puente vacacional, extendiendo el descanso hasta el domingo 25. (I)