El Ministerio de Defensa de Taiwán acusó este miércoles a China de “violar gravemente” sus “derechos y soberanía territorial” con las maniobras militares que Pekín anunció para esta semana en aguas cercanas a la isla, ejercicios que equivalen a un “bloqueo marítimo y aéreo” de Taiwán.

“Condenamos enérgicamente los ejercicios militares chinos”, declaró el subdirector de la División de Investigación de Leyes, Asuntos Judiciales y Regulaciones de la cartera de Defensa, Yu Jian-chang, citado por la agencia taiwanesa CNA.

Las maniobras, que comenzarán este jueves, comprenderán prácticas con fuego real e incluirán el cierre del espacio marítimo y aéreo en las zonas donde se efectúen.

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Las acciones de Pekín “quebrantan la Convención de las Naciones Unidas sobre el Mar”, aseguró Yu.

Horas antes, el Ministerio ya había condenado las maniobras chinas en un comunicado en el que añadía que son “un intento de amenazar los principales puertos y áreas metropolitanas de la isla”.

Soldados cruzan una calle frente a la Embajada de EE. UU. en Pekín, China, el 3 de agosto de 2022. China ha respondido a la visita de Nancy Pelosi a Taiwán anunciando una serie de ejercicios militares en torno a la isla y restricciones comerciales a la importación de frutas y pescado del país, además de detener los envíos de arena a la isla. EFE/EPA/MARK R. CRISTINO Foto: MARK R. CRISTINO

El Ejército chino, por medio de la agencia de información china Xinhua, publicó los planes de los ejercicios militares pocos minutos después de que la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, aterrizase en Taipéi el martes por la noche.

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Según un mapa facilitado por Xinhua, una de las áreas en las que se llevarán a cabo las prácticas está a unos 20 kilómetros de la costa de Kaohsiung, la principal ciudad del sur de Taiwán.

La cartera de Defensa taiwanesa describió los ejercicios como un “esfuerzo unilateral para socavar la paz y la estabilidad regionales”, al tiempo que advertía de que “no ayudarán a la imagen internacional de China”.

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Las fuerzas taiwanesas “responderán a cualquier acción”, declaró el Ministerio.

Pelosi, tercera autoridad de EE.UU. y segunda en la línea de sucesión a la Casa Blanca, visitó ayer el Parlamento taiwanés y posteriormente se reunió con la presidenta de la isla, Tsai Ing-wen, quien le impuso una condecoración por su “apoyo” al territorio.

El viaje ha indignado a Pekín, que lo calificó de “traición deplorable” y al que ha respondido con las citadas maniobras militares y con sanciones económicas contra la isla.

Cuál es la posición de Estados Unidos

Washington siempre ha “reconocido” que Pekín afirma que Taiwán es parte de su territorio, pero nunca la ha respaldado esa afirmación. Más bien, siempre ha sido parte de la política estadounidense que el statu quo no debe cambiarse por la fuerza y en contra de la voluntad del pueblo de Taiwán. Pero eso es exactamente lo que quiere ahora el presidente chino, Xi Jinping.

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Esa ha sido la posición de EE.UU. desde que su política hacia Taiwán se formalizó por primera vez en la Ley de Relaciones con Taiwán, de 1979. Hay una China, y esa es la República Popular, recuerda el analista Alexander Görlach (*). La República China, el territorio de retirada del derrotado Partido Nacionalista luego de la guerra civil, sigue existiendo en Taiwán. La política de Taiwán es uno de los pocos temas en el Congreso de EE. UU. sobre el que hay consenso entre demócratas y republicanos.

Solo hay una China, y esa es la República Popular China. Y también está Taiwán. La visita de Nancy Pelosi a la isla lo dejó muy claro. Funcionarios en Pekín dijeron que tal visita era un ataque a la integridad nacional de la República Popular y cuestionaría la soberanía de Pekín. El hecho de que algo se repita una y otra vez no lo hace más cierto: Taiwán nunca fue parte de la República Popular China, fundada en 1949, y el Partido Comunista nunca gobernó la isla.

Bloqueo marítimo: ¿inicio de una invasión?

La reacción de China consiste ahora en bloqueos del paso de bienes hacia y desde Taiwán, así como una maniobra militar delante de sus costas. Eso, según dice el gobierno de Taipéi, está aislando casi totalmente al país del resto del mundo. Nancy Pelosi tuvo que tomar una ruta de vuelo alternativa, justamente porque en ese ejercicio militar se utiliza munición real, para que no se disparara contra su avión.

China reclama la soberanía de la isla y considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.

De hecho, Pekín está cercando a Taiwán: desde el 4 hasta el 7 de agosto se llevarán a cabo maniobras militares en seis lugares alrededor de la isla. El Ejército de la República Popular China ya se encuentra en puntos neurálgicos desde los cuales podría partir la invasión de Taiwán.

En todos los escenarios que los estrategas del Ejército han concebido respecto de una anexión y ocupación de Taiwán por parte de la República Popular China, el bloqueo marítimo de Taiwán juega un papel decisivo. Es decir, la situación puede escalar tras la partida de la visitante de Estados Unidos. La visita de Pelosi ha dejado claro al mundo, una vez más, qué es China: un inmenso país -que pronto será la mayor economía del planeta-, que presiona a una pequeña nación insular para que se someta a China, afirma Görlach. (I)

*Alexander Görlach es miembro sénior del Consejo Carnegie de Ética en Asuntos Internacionales e investigador asociado del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford.