El 8% de la población de Estados Unidos no se ha aplicado la segunda dosis, según un informe del New York Times. Si bien el 8% de los estadounidenses no regresa para ser inoculado por segunda vez, el 92% de los estadounidenses sí lo hace.

La Dra. Angela Rasmussen, viróloga de la Organización de Vacunas y Enfermedades Infecciosas (VIDO), cree que “los datos [de los Centros de Control de Enfermedades (CDC)] eran bastante alentadores. Si bien el 8% siguen siendo millones de personas, esto también significa que la gran mayoría de las personas vuelve a ponerse su segunda dosis, lo cual es realmente bueno, en comparación con muchas otras vacunas”, dijo a DW.

¿Por qué la gente se salta la segunda dosis?

Según Rasmussen, “hay algunas personas que pueden haber leído que es suficiente con una sola dosis”, lo que supone una falsa sensación de seguridad. Otra razón podrían ser los síntomas posteriores a la vacunación.

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“Algunas personas pueden haber tenido efectos secundarios desagradables relacionados con la primera dosis y decidieron por sí mismos que no querían volver a experimentar eso con la segunda”, dijo. Además, es posible que una pequeña cantidad de personas simplemente haya olvidado que necesita una segunda dosis.

“Creo que sus especialistas de atención médica han aconsejado a otras personas que no se pongan una segunda inyección, dependiendo de si sufrían de una alergia o tenían antecedentes de una reacción a alguna vacuna. Probablemente sean muy pocos casos, pero creo que a algunas personas, por razones médicas, se les habrá aconsejado no inocularse con la segunda dosis”, aseguró Rasmussen.

También los factores demográficos y socioeconómicos pueden influir en ello. Asimismo, según la doctora Lisa Cooper, directora del Centro Johns Hopkins de Equidad Sanitaria, particularmente los afroamericanos enfrentan barreras estructurales para acceder incluso a la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus. Por otra parte, el presidente de EE. UU., Joe Biden, ha instado a los empleadores a otorgar licencias con goce de sueldo para la vacunación y ofreció a cambio créditos fiscales a pequeñas y medianas empresas para cubrir dichos costos.

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¿Es suficiente con una monodosis?

Los expertos han explicado que, para tener una mejor protección a largo plazo contra el COVID-19, son necesarias dos dosis. Dos estudios recientes de la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido y de la Universidad de Oxford demostraron que las personas experimentaron una fuerte respuesta de anticuerpos tras recibir cualquiera de los dos vacunas. Uno de los estudios halló una reducción del 72% en las infecciones sintomáticas después de una dosis de Biontech/Pfizer o AstraZeneca. Sin embargo, después de dos dosis de BioNTech/Pfizer, hubo una reducción del 90% en las infecciones sintomáticas. De Astrazeneca no se tienen datos aún.

Koen Pouwels, autor del estudio e investigador del Departamento de Salud de Nuffield, en la Universidad de Oxford, dice que recibir una segunda dosis de vacuna conduce a una protección más prolongada, así como a una mejor protección contra el COVID-19. “Si observa las respuestas de los anticuerpos, la disminución será relativamente rápida. La segunda dosis es muy protectora y eleva mucho los niveles de anticuerpos, especialmente en las personas mayores”, dijo a DW. “Es muy importante recibir esa segunda dosis”, aseguró.

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¿Es suficiente una sola dosis de vacuna para los que ya tuvieron COVID-19?

Un estudio de EE. UU., realizado por la organización de atención médica Cedars Sinai con más de 260 participantes, demostró que una “dosis única de la vacuna BioNTech/Pfizer para personas que previamente tuvieron COVID-19 genera una respuesta inmunológica similar a la de las personas que reciben ambas dosis”.

“Muchas personas han tenido COVID-19, y la disponibilidad de la vacuna todavía es limitada en la mayoría de las regiones. Por lo tanto, la administración de una sola dosis a las personas, que superaron la COVID-19, podría acelerar significativamente la cantidad de individuos protegidos por la inmunización y ayudar a alcanzar niveles comunitarios que detengan la propagación del virus”, dijo a DW por correo electrónico Jonathan Braun, profesor de Medicina del Instituto de Investigación de Inmunobiología de la Fundación F. Widjaja, en Cedars-Sinai, y coautor del estudio. (I)