El litio sirve para hacer baterías. Esas baterías se necesitan para teléfonos móviles, placas solares y electromovilidad, léase vehículos eléctricos. O sea, estamos ante un mineral valioso, que puede reportar jugosas ganancias a los Estados que tengan reservas y sepan explotarlas. Tres de los países con mejores perspectivas para beneficiarse de este producto están en Sudamérica, y de hecho componen lo que se ha dado en llamar “triángulo del litio”. Se trata de Argentina, Bolivia y Chile, que concentran nada menos que el 85 por ciento de las reservas mundiales conocidas.