Tras una larga negociación, los expertos en clima de la ONU se disponen este lunes a publicar una guía con propuestas firmes para frenar el calentamiento del planeta, que implica cambios drásticos en nuestra manera de vivir.

El informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) propone cambios drásticos para que las sociedades y las economías se transformen y poder garantizar así lo que consideran un futuro “viable”.

La guerra en Ucrania ha exacerbado la crisis energética.

Los expertos de la ONU consideran que ha llegado el momento de una transición rápida de los combustibles de origen fósil (petróleo, gas, carbón) a energía alternativas.

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Pero por el momento la energía de origen solar y eólica solo representaron un 10% del total de la producción eléctrica mundial en 2021, según el centro de análisis Ember.

En los últimos meses, el IPCC ha publicado las dos primeras entregas de una trilogía de evaluaciones científicas gigantescas.

Miles de páginas describen el efecto invernadero, que está calentando el planeta, y lo que eso significa para la vida y la fauna.

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Este tercer informe describirá qué hacer al respecto.

Pero esa respuesta tiene amplias ramificaciones políticas, ya que las soluciones climáticas tocan prácticamente todos los aspectos de la vida moderna y requieren una inversión significativa.

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Propuestas radicales

Las propuestas más radicales abogan por reducir drásticamente el transporte aéreo, obligar a los usuarios a abandonar los vehículos con carburantes tradicionales en favor de los eléctricos, refundar la cadena alimenticia, reduciendo el consumo de carne, repensar la forma de construir las casas, etc.

Las negociaciones en torno a este nuevo informe del IPCC han sido largas, más de dos semanas, línea por línea.

Los países en vías de desarrollo reivindican especialmente su derecho a seguir aumentando el nivel de vida de sus poblaciones, que suponen la gran mayoría del planeta.

Se suponía que esta reunión terminaría el viernes, pero se prolongó durante el fin de semana.

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La evaluación debía ser publicada este lunes a las 09H00 GMT, pero se ha retrasado hasta la 15H00 GMT.

“Todo el mundo tiene algo que perder y todo el mundo tiene algo que ganar”, indicó una fuente negociadora para resumir las discusiones.

Las respuestas fáciles son poco probables, defienden los científicos que consideran que el mundo se encamina a un gran desastre climático.

El informe advierte que reducir las emisiones de dióxido de carbono ya no es suficiente.

El mundo debe acelerar la implementación de tecnologías para absorber el CO2 de la atmósfera, que apenas han sido exploradas.

La práctica totalidad de los países han adoptado como objetivo ideal un máximo de 1,5°C de aumento de la temperatura media del planeta de aquí a mediados de siglo.

Pero el planeta ya ha llegado a +1,1°C, lo que según los expertos del IPCC, ha provocado episodios climáticos extremos en el mundo.

Precios récord de la energía

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió el mes pasado que las principales economías están permitiendo que aumenten las emisiones de CO2 cuando deberían recortarlas de manera drástica.

“Estamos caminando como sonámbulos hacia la catástrofe climática”, dijo.

Y al mismo tiempo, el precio de la gasolina está batiendo récords en lugares como Estados Unidos. El impacto en la inflación es devastador, y el crecimiento económico que debía llegar tras las grandes restricciones provocadas por la pandemia no llega.

El informe del informe del IPCC de febrero, sobre impactos y vulnerabilidades del cambio climático pasados, presentes y futuros, detalló lo que Guterres llamó un “atlas del sufrimiento humano”.

La crisis climática se está acelerando y los combustibles fósiles son la causa abrumadora. Cualquier informe sobre mitigación que no enfatice ese hecho está negando la misma ciencia con la que está comprometido el IPCC”, asegura Nikki Reisch, del Centro de Derecho Ambiental Internacional.

“Las soluciones que han sido propuestas para eliminar rápidamente los combustibles fósiles son tecnológica y políticamente impracticables a escala mundial”, considera en cambio Judith Perry, en la revista International Affairs Forum. (I)