En Cali, Colombia, la maldad de un criminal acabó con la vida de Michelle Dayana González, una adolescente de 14 años cuando todo el país se disponía a celebrar la noche de las velitas, el jueves 7 de diciembre de 2023.

Pasaron cuatro días y el país entero deseó la pronta captura del señalado como asesino. Se trata de Harold Andrés Echeverry Orozco, el vigilante de un taller mecánico y por el que ofrecían una recompensa de 100 millones de pesos (cerca de 25.000 dólares) , señaló EFE.

La tarde del lunes 11 de diciembre, el sujeto fue detenido en Villavicencio. Las redes celebraron la noticia. En el barrio San Judas Tadeo hombres y mujeres se abrazaron y recorrieron en motos las calles. Buscaban ver al papá de la víctima, Genaro González.

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“Venía de dejar a mi hija en el cementerio y me entero de esta noticia. Estoy feliz, me devolvió el alma. Ese es un animal. Espero que no tenga la mínima defensa para quedar libre”, dijo el progenitor de la adolescente, publicó en video Cali es Cali.

Qué pasó con Michelle Dayana

“Papi, no me demoro”, escuchó Genaro González cuando su hija salió a una tienda. Iba por dulces, como casi siempre lo hacía, informó BluRadio. Pero esa noche no volvió. Pasado el tiempo, el papá salió a buscarla y en el negocio le dijeron que sí estuvo, compró y se fue.

Se regresó a la vivienda y no la encontró. Fue cuando decidió salir a la calle y mostrarle a algunas personas, que colocaban sus velitas a la Inmaculada Concepción, la foto de su hija.

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Genaro González no se cansó de caminar las calles del barrio San Judas Tadeo de Cali, ni de preguntar.

Llegó a las puertas del taller mecánico y al vigilante lo interrogó también. Este negó haberla visto.

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Las cámaras de seguridad, a las 7:43 de la noche del jueves 7 de diciembre, “captaron el último recorrido de Michelle Dayana cuando salió de su casa para comprar golosinas. La adolescente desapareció después de pasar cerca de una familia que prendía velas”.

“Le había dejado 2.000 pesos como costumbre (...) creo que no los vio. Cuando yo llego a la casa los dejo encima del mesón.

-Esos 2.000 pesos son míos, regálemelos que voy a ir a comprar unos mecatos (golosinas).

- Hágale rápido porque tenemos que salir para que se bañe y se cambie.

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-‘Bueno, papi, no me demoro’, y esa fue la última vez que vi a mi hija”, narró el papá.

“Hablé con el asesino de mi hija”

En su desesperación, al ver que no contestaba el celular, Genaro González “pasó varias veces frente al taller y le preguntó al vigilante que si había visto a la niña.

“Al asesino de mi hija lo vi parado allí”, expresó según la prensa de Colombia.

El progenitor dijo que habló dos veces con el vigilante, señaló El País.

Amaneció y no había rastro de Michelle Dayana.

A las 6:00 de la mañana del viernes ya tenía claro “que su hija no había seguido su camino luego de pasar por el taller”.

Los videos hacían ver que estaba en esa cuadra pero en el taller le dijeron que no tenían cámaras de seguridad. Las sospechas aumentaron.

Dijo, según El País, que un hombre se acercó a la vivienda para alertar que había visto algo sospechoso en el taller con uno de los trabajadores.

El viernes por la mañana, las autoridades arribaron al sitio. A pesar de que el presunto responsable aún estaba en el lugar en ese momento, minutos después logró huir en una motocicleta perteneciente al taller, describió BluRadio

Al ingresar al lugar, el padre descubrió un escenario sangriento y luchado. La menor de 14 años fue asesinada y desmembrada.

“Cuando yo entro a un baño -que estaba cerrado yo le pego a una patada y lo abro- veo que hay mucha sangre (...) ella luchó antes de que él le hiciera daño (...)”, narró con dolor el papá de la víctima, reseñó BluRadio.

Una vez ingresamos con las personas de laboratorio, ellos buscan rastros de sangre que nos condujo a una maleta que se encontraba debajo de una escalera, allí (en) una caneca había una parte de la menor.

Policía de Cali

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El historial de Harold Echeverry

Las autoridades distribuyeron un cartel con la cara del presunto asesino en aeropuertos y terminales de transporte. Capturarlo era prioridad.

En Hoy Noticias dijeron que Harold Echeverry fue militar.

En palabras de Jimmy Dranguet, secretario de Seguridad y Justicia de Cali, “se pudo constatar que Harold Andrés Echeverry Orozco tenía antecedentes por acceso carnal abusivo contra menores de edad.

“Algunos compañeros del taller aseguraron que tenía un golpe en un ojo, rasguños en su rostro, como también heridas en los labios y el cuello”, precisó Dranguet.

En Cali, este asesinato apagó la alegría propia de la Navidad. Todos quieren justicia.

Han acompañado a Genaro González en su despedida a Michelle Dayana, cuya foto de rostro sonriente estuvo sobre el féretro. El acto velatorio fue en el polideportivo del barrio.

La comunidad está impactada por este asesinato. Foto: EFE/Ernesto Guzmán

En las fotos a la adolescente de 14 años se le ve feliz. En una hace con su mano izquierda el signo de la victoria. Esa V también es la de su vida, segada por la brutalidad.

“Pido a las autoridades que sean contundentes”, expresó Genaro González. Echeverry sería llevado a Cali en un avión de la Policía Nacional.

Algunas paredes del barrio, entre esas la fachada del taller mecánico, lucen ahora grafittis con un mismo mensaje: “Las niñas no se tocan, no se matan”.

(I)

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