Cecilie Fjellhøy, de Noruega y radicada en Londres, buscaba, a menudo, una pareja que sea un “diamante en bruto” a través de la app Tinder, una plataforma de citas creada en 2011. Tuvo cientos de matches (especie de me gusta) y decenas de encuentros y conversaciones, pero ninguno fue su hombre ideal.

Sin embargo, un día vio el perfil de Simon Leviev. Supuesto gerente de una empresa de diamantes e hijo de un magnate de esa industria. Un hombre que viajaba en aviones privados, vestía traje de diseñador, se hospedaba en hoteles lujosos y cenaba en los mejores restaurantes de Europa. Cecilie no lo dudó y le dio match al perfil de Simon y allí empezó su “película de amor” que terminó con un final amargo y desgastante. La historia se relata en el documental El estafador de Tinder de Netflix.

Desde 2012, Tinder es la app de citas líder en el mundo. Su alcance es global ya que más de 190 países han adoptado el uso de la aplicación. Tiene 6,2 millones de usuarios que pagan una suscripción mensual (la mayoría en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania), lo cual la posiciona en el top 5 a nivel global en el mercado de las apps. En 2021 reportó entre 57 y 75 millones de usuarios activos en todo el mundo, según el sitio Statista.

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La pandemia ha incrementado el número de personas que usa la plataforma. El 75 % de los usuarios son hombres. En Sudamérica, Brasil, México, Chile y Argentina son los que tienen mayores usuarios.

El siguiente mes Simon envió flores, regalos y viajó a visitar a Cecilie a Londres. Después de formalizar la relación, Simon, de origen israelí, le contó a Cecilie de un “gran trato” con diamantes que necesitaba hacer y que conllevaba una transacción de $ 700 millones, pero que tenía muchos “enemigos” que le querían hacer daño.

Una noche, Simon le envió mensajes, videos y fotos por WhatsApp afirmando que su guardaespaldas fue agredido tratando de evitar un atentado en su contra. “Me pidió que le prestara mi tarjeta de crédito por dos semanas y accedí porque era su novia y nos ayudaríamos mutuamente”, cuenta Cecilie.

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Los peligros de ‘ligar’ en redes sociales y aplicaciones móviles en Ecuador

Sin embargo, rápidamente Simon alcanzó el cupo límite de la tarjeta y le pidió que hablara con el banco para que lo aumentara. Luego le pidió que le consiguiera $ 25.000 en efectivo y ella los consiguió. La exigencia de Simon por dinero no cesó y Cecilie solicitó créditos con nueve bancos por una deuda total de $ 250.000. Ya cuando se negó a seguir dando dinero Simon desapareció.

Cecilie se enteró de que no era hijo de un magnate y que era un estafador cuando fue a los bancos y contó su historia: “Mostré la fotografía de Simon a los ejecutivos y ellos lo reconocieron y me dijeron que no era la primera vez que hacía eso”.

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No es la primera vez que la plataforma de citas está envuelta en problemas. Anteriormente se han denunciado estafas, engaños, perfiles falsos. Lo que más se registran son estafas ‘pasionales’ o ‘románticas’ en las que los criminales conquistan a sus víctimas por chat, generalmente suplantando una identidad o utilizando fotos de otra persona.

Luego les dicen que les encantaría visitarla, pero que están lejos y no pueden costear el pasaje, por lo que les piden dinero para poder hacerlo y terminan recibiendo una transferencia, y luego desaparecen, según el sitio Infobae. Todo esto hace polémica a la app, en especial por la seguridad.

Simon Leviev engañaba mujeres que conocía en la aplicación de citas.

Sin embargo, hay quienes sí han encontrado el amor a través de la app o amigos con quien conversar. Cinthya es guayaquileña y cuenta que usa Tinder en ciertas épocas del año.

La uso cuando viajo a Estados Unidos. Creo que allá hay más seguridad y mejores perfiles que acá (Ecuador). Siempre hay riesgo de usar este tipo de plataformas, pero yo no le veo nada de malo. Yo siempre busco información de la persona que conozco en Google o en otras redes sociales”, dice. Indica que ha conocido todo tipo de personas, unas buscando solo sexo, otras amistad y algunas una relación a largo plazo.

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Cindy, otra guayaquileña que pide mantener en reserva su apellido, conoció a quien hoy es su pareja y el padre de su hija en Tinder. Tres meses después del primer encuentro decidieron vivir juntos y de eso ya pasaron casi cuatro años. No obstante, ella cuenta que también tuvo malas experiencias al conocer personas en la plataforma, pero más porque algunos creen que se buscan encuentros sexuales y ella pretendía primero hacer amistades y si ello llevaba a un romance “era otro cantar”.

Para Ecuador no hay estadísticas de usuarios, pero en 2018, un estudio de Formación Gerencial, indicó que Tinder, en ese año, fue la octava red social más usada en los celulares en el país y también la segunda aplicación, entre las que ofrecen suscripción, más descargada en los IPhone. Estuvo en sexto lugar para los teléfonos Android.

Cecilie, protagonista del documental, asegura que sigue usando la app y que, hasta el momento, lleva más de 1.000 matches:El problema no es Tinder sino las personas que lo usan para estafar”. Aunque ahora tiene mucho más cuidado al elegir con quién entablar una conversación. (I)