Más de un mil personas se congregaron este domingo en Moscú ante la tumba de Alexéi Navalni, a pesar del riesgo de represalias por parte de las autoridades, al cumplirse el primer aniversario de la muerte en prisión del principal opositor al Kremlin.

Al menos 1.500 personas acudieron al cementerio de Borísovskoye, en Moscú, donde está enterrado Navalni. A principios de la tarde, formaban una larga fila según periodistas de AFP.

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En un breve discurso la madre del opositor dijo que desea que los responsables de su “asesinato” sean “castigados”.

“Todo el mundo sabe quién lo ordenó. Pero queremos saber quién lo llevó a cabo, quién permitió que sucediera y quién lo hizo”, dijo Lyudmila Navalnaya, conteniendo las lágrimas detrás de unas gafas oscuras.

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Varios diplomáticos occidentales, entre ellos de Estados Unidos, Reino Unido, España, Noruega y la Unión Europea, también se sumaron al homenaje.

La pérdida de su figura más connotada, las luchas internas y la agravada represión en Rusia dejaron a la oposición en una posición de especial debilidad, aunque distintos dirigentes exiliados intentan reavivar la llama de la lucha contra el presidente Vladimir Putin.

Navalni, abogado, activista anticorrupción y su principal opositor en los últimos tiempos, fue declarado “extremista” por la justicia rusa.

Mencionar su nombre o el de su organización, el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), sin especificar este estatus de “extremista” expone a los infractores a duras penas.

Esta amenaza sigue vigente tras la muerte de Navalni, en circunstancias que no han sido esclarecidas en una prisión del Ártico el 16 de febrero de 2024, y pese a que casi todo su entorno vive fuera de Rusia.

“Muy valiente”

Su viuda, Yulia Navalnaya, que asumió el relevo de su movimiento, participó en una conmemoración en Berlín, donde viven muchos de sus partidarios.

Navalnaya, declarada “extremista” por las autoridades, llamó a los rusos en el exterior que salgan a las calles a protestar en nombre de quienes no pueden hacerlo en su país.

“Debemos salir (a protestar) en nombre de las personas en Rusia que no pueden”, dijo en un homenaje en una iglesia de Berlín.

Navalnaya agradeció también a los simpatizantes de su marido que, pese al riesgo de represalias, lo homenajearon en Rusia.

“La gente que sale en una situación así es muy valiente y estoy muy agradecida”, declaró.

El jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, fue uno de los primeros dirigentes occidentales en rendir homenaje al opositor, fallecido “porque luchó por la democracia y la libertad en Rusia”.

“Navalni dio su vida por una Rusia libre y democrática”, reiteró por su parte la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas.

En Rusia, varios canales de Telegram favorables al Kremlin advirtieron a los seguidores de Navalni de no acudir al cementerio. El texto aseguraba que hay un “Gran Hermano y su ojo que siempre está vigilando” y adjuntó la fotografía de un cartel que indica que hay cámaras de vigilancia en las puertas del lugar.

Las autoridades rusas han desarticulado metódicamente el movimiento de Navalni y varios de sus partidarios están en prisión.

Cuatro periodistas están siendo juzgados actualmente en Rusia por “participación en un grupo extremista”, acusados de haber realizado imágenes para el equipo del abogado.

En enero tres de los abogados que defendían al opositor fueron condenados a penas de entre 5 y 3 años y medio de prisión por haberle transmitido mensajes durante su detención. (I)