Entre 1956 y 1984, al menos 13.000 madres solteras en Países Bajos entregaron a sus hijos en adopción, y muchas, como la ya septuagenaria Trudy Scheele-Gertsen, lo hicieron forzadas por la familia y los servicios sociales. Llevan décadas exigiendo justicia y el Estado neerlandés acaba de ser responsabilizado por ello ante los tribunales.