La enfermera británica Lucy Letby fue hallada culpable por el Tribunal de la Corona de Manchester, en el norte de Inglaterra, del asesinato de siete recién nacidos prematuros, así como de intento de asesinato de otros seis.

La profesional médica de 33 años trabajaba en el hospital Countess of Chester en el área de cuidados intensivos. Entre junio de 2015 y junio de 2016, siete recién nacidos prematuros fallecieron repentinamente, sin causas aparentes, a veces con pocas horas de intervalo. Otros 10 bebés rozaron la muerte, pero pudieron ser salvados.

Publicidad

Se la ha acusado de inyectar aire vía intravenosa a los bebés, utilizar sondas nasogástricas para enviarles aire o una sobredosis de leche en sus estómago, así como insulina en las bolsas de alimentación, cambiado un tubo respiratorio a un prematuro y sobrealimentado a otro. A veces, utilizaba varios métodos al mismo tiempo.

Se descubrió que era la única persona que estaba de servicio cuando ocurrieron las muertes, de acuerdo con el juez James Goss.

Publicidad

En un comunicado del Servicio de Fiscalía de la Corona (CPS, por sus siglas en inglés) se mencionó que durante el juicio que se desarrolló desde octubre pasado intervinieron los médicos del hospital. La mujer había sido arrestada por primera vez en julio de 2018 y fue acusada en noviembre del 2020.

Diario de la enfermera Lucy Letby. Foto: AFP

Dentro de la evidencia clave se incluyeron los registros médicos de los bebés en la que se evidenció la recuperación rápida que determinó que no podía ser natural las dolencias de bebés que sobrevivieron, hubo notas falsificadas por Letby para ocultar su participación.

La enfermera también escribió mensajes de texto y por redes sociales en los que coincidían con los ataques en la unidad neonatal. “Letby engañó a sus colegas haciéndoles creer que estos colapsos inexplicables eran simplemente un empeoramiento natural de las condiciones subyacentes de los niños”, se indicó.

Al allanar su vivienda se encontraron notas con mensajes como “Los maté a propósito porque no soy lo suficientemente buena para cuidarlos”; “soy mala, hice esto”; y “hoy es tu cumpleaños y no estás aquí y lo siento mucho”.

Ante la conmoción que ha levantado el caso y las cuestiones sobre la seguridad en el sector sanitario, el gobierno ordenó el viernes una investigación independiente.

La defensa describió a Letby como una profesional “entregada”. “Mi trabajo era mi vida”, insistió.

El fiscal Nick Johnson reconstituyó minuciosamente su organización y describió hechos similares entre las muertes.

Lucy Letby. Foto: AFP

Entre las víctimas figuran gemelos e incluso trillizos, de los cuales murieron dos con 24 horas de diferencia, tras su regreso de vacaciones de Ibiza en junio de 2016. El tercero se salvó porque sus padres suplicaron que fuera trasladado a otro hospital.

Tras haber cometido tantos crímenes sin llamar la atención, la enfermera estaba “incontrolable”, afirmó el fiscal. “Se creía Dios”.

Una niña muy prematura, atacada tres veces en septiembre de 2015, ha quedado con grandes discapacidades.

Su abogado, Ben Myers, insistió en que el servicio neonatal del hospital acogió en 2015-2016 “más bebés de lo habitual, con necesidades médicas más importantes”, y había “fracasado” en sus acciones.

Letby será sentenciada en el Manchester Crown Court el 21 de agosto. (I)