Una disidencia de la guerrilla de las FARC liberó a Lyan Hortúa, un niño de 11 años secuestrado durante 18 días en el Valle del Cauca (suroeste), en medio del mayor pico de violencia en Colombia desde la firma del acuerdo de paz, informó el miércoles la Defensoría del Pueblo.
Guerrilleros de la disidencia liderada por alias Iván Mordisco ingresaron a la vivienda del niño la noche del 3 de mayo y se lo llevaron junto con su niñera, liberada horas más tarde, señaló el Ministerio de Defensa.
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Pido “a todos los grupos armados a que respeten el derecho internacional humanitario, que respeten la vida y la libertad de todas las personas, pero especialmente la de los niños”, dijo Iris Marín Ortiz, defensora del pueblo colombiano, en el comunicado sobre la liberación del menor.
“Mi niño sufre de inflamación en los pulmones y no puede recibir atención médica”, declaró días antes la madre del niño, Angie Bonilla, a la cadena colombiana RCN.
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Tras el secuestro de Lyan, los colombianos del Valle del Cauca salieron a las calles en manifestaciones para exigir el respeto a los derechos infantiles.
El secuestro de menores no es una práctica novedosa en el país: entre 2019 y 2023 más de 1.100 niños fueron víctimas de este delito, según la Fiscalía. Además, la justicia señala que los grupos armados reclutan a un menor cada dos días en Colombia.
Entre 1996 y 2016 la guerrilla de las FARC reclutó “entre 19.253 y 23.811 niños y niñas”, según la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
El tribunal de la paz aún busca establecer responsabilidades y dar reparación a las víctimas de este crimen.
Con las negociaciones de paz estancadas bajo el gobierno de izquierda de Gustavo Petro, Colombia vive su peor repunte de violencia desde la firma de la paz en 2016.
Los enfrentamientos entre guerrillas, fuerzas estatales y paramilitares ya dejan casi 10 millones de víctimas en las últimas décadas. (I)