El Canal de Panamá, posicionado como la ruta principal de comercio marítimo en el planeta, enfrentaría riesgos por el cambio climático. Diversos estudios advierten que su operatividad podría estar en peligro en los próximos años ante la reducción de precipitaciones en la zona.

La ruta de navegación se nutre principalmente del agua dulce proporcionada por el lago Gatún, lo que permite la correcta operación de las esclusas a lo largo de 82KM. Los gases de efecto invernadero y la poca presencia de lluvias impactarían en los niveles del agua en los próximos 75 años.

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El lago fue creado en 1913 a través de la construcción de una represa en el río Chagres y sus afluentes. Su misión principal radica en la contención de agua para el paso del canal y el correcto funcionamiento de las esclusas en épocas de sequía. Para llenar la cámara de una esclusa se requieren 101 mil metros cúbicos de agua.

Samuel Muñoz, principal investigador del estudio publicado en Geophysical Research, mencionó: “Cuanto mayor sea el calentamiento global, mayor será la trayectoria (de emisiones) que sigamos, y menor será la lluvia que recibe Panamá, especialmente durante la temporada de lluvias”

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El Canal de Panamá, considerado como una de las obras más importantes de la ingeniería del siglo pasado, eleva 26 metros a los barcos para transitar el lago Gatún y posteriormente descender al nivel del mar en el Océano Pacífico.

Ricardo Vásquez, administrador de la Autoridad del Canal de Panamá, declaró que la ruta consume dos veces y media más agua que Nueva York, una de las metrópolis más importantes del mundo con 8.478 millones de habitantes.

Por su parte, Steve Paton, director de monitoreo físico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá, enfatizó la necesidad de un análisis con cautela de los resultados proporcionados por el estudio ante la condición de variabilidad del clima en la nación centroamericana cada 10 años. (I)