El Buró Federal de Investigaciones de EE.UU. (FBI, por sus siglas en inglés) desclasificó documentos relacionados con las visitas realizadas por la reina Isabel II a suelo estadounidense, que revelan un posible complot de asesinato por parte de simpatizantes nacionalistas irlandeses.

Los documentos _que muestran cómo las autoridades se prepararon repetidamente para las amenazas de los partidarios del Ejército Republicano Irlandés Provisional (IRA)_, fueron revelados como resultado de las solicitudes de libertad de información presentadas después de la muerte de la monarca en septiembre del año pasado.

La posible amenaza de asesinato se dio a conocer la noche anterior a la llegada de Isabel II a San Francisco (California) en 1983, cuando un oficial de policía advirtió a los agentes federales sobre un posible ataque.

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En los documentos desclasificados del FBI se advirtió que sería “muy difícil” evitar eventos que “avergonzarían” a la reina durante el viaje; así también, hubo advertencias de un ataque de simpatizantes del IRA durante una visita en 1981.

El FBI evaluó la amenaza del IRA para la familia real británica como “siempre presente”, detalla el Daily Mail.

El oficial de policía que avisó a las autoridades que bebía regularmente en un pub irlandés y les contó a los agentes sobre un simpatizante del IRA que estaba decidido a vengarse de la muerte de su hija. El sujeto afirmaba “que su hija había sido asesinada en Irlanda del Norte por una bala de goma”.

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Esta llamada telefónica con la alerta se produjo alrededor de un mes antes de que el entonces presidente Ronald Reagan y la primera dama Nancy Reagan recibieran a la reina y al príncipe Felipe, de 57 años, en California.

Los documentos oficiales indican que el hombre le dijo al oficial que planeaba “intentar dañar” a la difunta reina arrojando “un objeto” desde el puente Golden Gate en el momento que el yate real Britannia navegaba debajo de él. Otra oportunidad para atentar contra la monarca sería durante una visita al Parque Nacional Yosemite.

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Los documentos agregan que el hombre en cuestión había estado involucrado previamente en investigaciones policiales. Se lo describió como “generalmente cooperativo, aunque no oculta sus simpatías por el IRA” [sic].

No era la primera vez que el FBI advertía de posibles ataques contra la monarca. Dos años antes, el FBI advirtió sobre un “ataque potencial” contra Isabel II cuando visitó ciudades estadounidenses con fuertes vínculos con Irlanda, incluidas Boston y Nueva York.

Otro documento de 1989 decía: “La posibilidad de amenazas contra la monarquía británica está siempre presente por parte del Ejército Republicano Irlandés”. Continuó: “Se solicita a Boston y Nueva York que permanezcan alerta ante cualquier amenaza contra la reina Isabel II por parte de los miembros del IRA e inmediatamente proporcionen lo mismo a Louisville”.

Y en 1976, la policía llamó a un piloto en Nueva York para evitar que ondeara una pancarta que decía “Inglaterra, fuera de Irlanda” mientras Isabel II estaba en la ciudad.

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El anuncio de la Tercera Guerra Mundial que la reina Isabel II tenía listo para pronunciar en 1983

En un acto histórico, Isabel II da la mano a un antiguo integrante del IRA

Las preocupaciones frecuentes de las autoridades estadounidenses y de la propia familia real estaban lejos de ser infundadas: en 1979, el primo segundo de Isabel II, Lord Mountbatten, fue asesinado en un atentado con bomba del IRA. Él y otras tres personas murieron después de que su barco pesquero fuera llenado con explosivos que luego fueron detonados.

También hubo intentos de asesinato previos contra la reina que hicieron que la amenaza del IRA fuera aún más potente. En 1981, un adolescente de Nueva Zelanda apuntó y disparó un arma contra la monarca cuando salía de un automóvil.

Christopher John Lewis disparó un rifle, que falló, durante la gira de la reina por el país. Pero pronto se obsesionó con la idea de acabar con la familia real.

Dos años después, intentó dominar a los guardias de un hospital psiquiátrico donde estaba detenido para intentar matar al príncipe Carlos, que estaba en Nueva Zelanda con la princesa Diana y el príncipe Guillermo. (I)