La extracción de recursos naturales y su procesamiento para procesos de producción provoca la pérdida del 90 % de la biodiversidad, una situación que se puede revertir con la economía circular, según sostiene la Fundación Ellen MacArthur en el marco de la celebración el 5 de junio del Día del Medioambiente.

Existe "una relación totalmente intrínseca entre la economía actual de modelo lineal, es decir basado en la extracción de recursos de la naturaleza, la producción y el desperdicio y la pérdida de biodiversidad", explica en una entrevista con EFE Luisa Santiago, líder de la Fundación Ellen MacArthur en América Latina.

La Fundación, puesta en marcha por la ex regatista británica Ellen Patricia MacArthur, se centra desde 2021 en los procesos de economía circular y la relación con “algunos de los grandes retos de la humanidad”, tras un primer estudio en 2019 sobre la relación de la economía circular con el clima y en 2020 otro con la biodiversidad, “basados en estudios anteriores”.

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Según Santiago, quien reside en Brasil, es necesario revertir la pérdida de biodiversidad, que “está muy relacionada con el camino hacia un sistema de economía circular, donde se elimine la polución y el desperdicio de recursos y se centre en una economía circular de los residuos y los materiales y la regeneración de la naturaleza”.

Con la eliminación de la contaminación y los residuos “se reducen las amenazas a la biodiversidad”, acabando con las sustancias tóxicas para el medioambiente, como los químicos, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera o los residuos innecesarios de uso único, que están “en camino de desaparecer”.

Desde la Fundación se pretende crear modelos de negocio de economía circular que "recupere los materiales dentro del sistema económico, lo que redundará en beneficio de la biodiversidad", porque no será necesario extraer más recursos de la naturaleza para satisfacer las necesidades de una población que va en aumento y con "un consumismo cada vez más despilfarrador".

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No es necesario seguir extrayendo recursos para dar servicios de calidad a la población”, asegura Santiago, porque “en un sistema de economía circular se pueden mantener las demandas de bienes y servicios de la sociedad, pero con menos materiales vírgenes, con menos extracción de recursos y reduciendo significativamente los impactos negativos sobre la biodiversidad”.

La clave para revertir esa pérdida de biodiversidad “está basado en un modelo de producción regenerativo de alimentos, de silvicultura, de biomateriales...”, asevera.

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Esto, según su opinión, quiere decir que se puede "compaginar" un modelo de negocio lucrativo basado en la economía circular a la vez que se regenera la naturaleza, que mantiene y mejora la biodiversidad, como, por ejemplo, en relación a la producción de alimentos, "con sistemas regenerativos que al mismo tiempo tienen beneficios para el suelo".

"Este es el principio que puede llevar a la biodiversidad a prosperar y a mejorar los distintos ecosistemas, la calidad del aire, del agua, y con más secuestros de carbón", sostiene la experta, quien afirma que en este proceso de economía circular "no se puede excluir a multinacionales como Coca Cola, Unilever o Apple, las grandes empresas que hacen transformación de materiales y, por ello, son los más importantes para trabajar hacia una economía circular".

Subraya la vuelta al modelo de retornabilidad de envases que ha puesto en marcha actualmente Coca Cola en Latinoamérica, un proyecto que está haciendo extensivo al resto del mundo, "aunque en Europa está siendo más difícil porque no existe la cultura de retornabilidad", asegura.

Santiago concluye que con la política de “New Plastic Economy” (Nueva Economía del Plástico) de la Fundación Ellen MacArthur se creó un mecanismo que conjugó por primera vez una visión común para la industria y los gobiernos para llevar adelante el compromiso de poner sobre la mesa los progresos anuales en la eliminación del plástico, “actuando siempre con informes y transparencia”. (I)

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