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Exministro de salud brasileño exime de culpa en gestión contra el COVID-19 al presidente Jair Bolsonaro

Eduardo Pazuello, ministro de Salud entre mayo de 2020 y marzo de este año, compareció ante la comisión del Senado que investiga las acciones del Gobierno.

Eduardo Pazuello (d) también fue indagado sobre el motivo de su destitución, hasta ahora no aclarado pese a que Jair Bolsonaro continúa defendiendo su gestión. Foto: EFE

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El general Eduardo Pazuello, ministro de Salud de Brasil entre mayo de 2020 y el pasado mes de marzo, eximió este miércoles al presidente Jair Bolsonaro de toda responsabilidad en el combate al COVID-19, que ya mató a 440.000 personas en el país.

Pazuello compareció ante una comisión del Senado que investiga si el descontrol de la pandemia fue una consecuencia de la gestión del Gobierno y cayó en varias contradicciones, pero sobre todo defendió al mandatario, al punto de decir que mientras fue ministro todas las decisiones fueron exclusivamente suyas.

Sin admitir que haya habido errores u omisiones en el combate a la crisis sanitaria, Pazuello asumió toda la responsabilidad de las acciones del Ministerio de Salud y garantizó que “nunca” recibió instrucción alguna de Bolsonaro sobre ese asunto.

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“Tuve un 100% de autonomía” y el presidente “nunca me dio orden alguna”, afirmó Pazuello, quien dijo que algunas medidas polémicas, como demorar el ingreso de Brasil a la iniciativa Covax Facility, promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para facilitar el acceso a vacunas, fue exclusivamente suya.

“No sentí que hubiera garantías de entrega”, declaró Pazuello, quien también confirmó que tuvo dudas con relación a la vacuna de Pfizer, considerada la más efectiva, porque exigía unas condiciones contractuales “leoninas”, finalmente aceptadas por el Gobierno, que en marzo pasado contrató 100 millones de dosis de esa farmacéutica.

También negó que Bolsonaro, en octubre de 2020, ordenara cancelar un contrato anunciado por el Ministerio de Salud para la compra de la vacuna china Coronavac, promovida en Brasil por el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, adversario político del mandatario.

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“Todavía no había contrato, entonces no se podía cancelar”, dijo Pazuello, quien en aquel momento, sobre esa decisión anunciada por Bolsonaro públicamente y en sus redes sociales, había declarado que “simplemente uno manda y otro obedece”.

Sin embargo, ahora aseguró que, como ministro, “no seguía” lo que el presidente publicaba en sus activas redes sociales, en las que Bolsonaro, en su opinión, opera como “agente político” y no como jefe de Estado. “No seguí, no sigo ni seguiría una orden emanada por las redes sociales”, enfatizó.

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La tragedia de Manaus y las imprecisiones del general

Pazuello fue errático ante los senadores cuando fue interrogado con relación a la grave situación que vivió la ciudad de Manaus en enero pasado, cuando la falta de oxígeno hospitalario causó cerca de 2.000 muertes por asfixia, según datos presentados por la comisión.

El general garantizó que el Ministerio de Salud restableció el suministro de oxígeno en "tres o cuatro días", cuando en realidad la situación comenzó a normalizarse unos veinte días después, gracias a una donación enviada por el Gobierno de Venezuela.

También negó que se haya enfatizado en Manaus el uso contra el COVID-19 de la cloroquina, un antipalúdico de dudosa eficacia contra el virus promocionado por el propio Bolsonaro, pese que así lo hacía la propia propaganda oficial del Ministerio de Salud.

Sobre la cloroquina, insistió en que el Gobierno solo le dio a los médicos la “libertad” para recetarla en casos de COVID-19, pese a que el protocolo del ministerio, alterado cuando asumió el cargo, la incluyó en una recomendación de “tratamiento precoz” contra el virus.

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Pazuello también fue indagado sobre el motivo de su destitución, hasta ahora no aclarado pese a que Bolsonaro continúa defendiendo su gestión. "Misión cumplida", respondió tajantemente el exministro.

Esa respuesta provocó una durísima reacción de varios senadores, entre ellos, Eduardo Braga, nacido en Manaus y del partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB), de centroderecha.

“Cuando asumió el ministerio el país tenía 15.563 muertos por covid, cuando salió eran 298.843 y actualmente pasan de 440.000. ¿Eso es misión cumplida?”, planteó el senador con visible indignación. (I)

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