Las primeras vacunas que llegaron a América del Sur trajeron consigo esperanza para tratar de recuperar la normalidad que hace casi un año se perdió en la región. No obstante, ese sentimiento se ha transformado en indignación ya que en países como Argentina, Perú y Ecuador ha salido a la luz que funcionarios, amigos y familiares de autoridades han sido inoculados antes que las personas de primera línea o con mayor vulnerabilidad para las que estaban dirigidas las dosis.