Este lunes, un juez de control de Garantías de Colombia envió a la cárcel a los cinco capturados por el crimen del fiscal paraguayo Marcelo Pecci en una playa de ese país.

Horas antes, cuatro de los detenidos habían aceptado cargos por homicidio agravado y porte ilegal de armas. Sin embargo, el señalado como cerebro de la operación, Francisco Correa, no aceptó los cargos. Cuatro de los detenidos son de nacionalidad colombiana y el restante, venezolano.

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Pecci fue asesinado el 10 de mayo en la isla de Barú, cerca de Cartagena, mientras disfrutaba de su luna de miel con su esposa, la periodista paraguaya Claudia Aguilera, con quien se había casado en Asunción el 30 de abril y esperaba un hijo.

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El fiscal, de 45 años, investigaba casos de narcotráfico y crimen organizado. Su asesinato, cometido por un sicario que llegó en una moto acuática a la playa del hotel Decameron donde se hospedaba la pareja, conmovió a la sociedad paraguaya.

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Además el fiscal, especializado en crimen organizado, narcotráfico, lavado de activos y financiamiento del terrorismo, había investigado a los grupos criminales de origen brasileño Primeiro Comando Capital (PCC) y Comando Vermelho (CV), además de lavadores de dinero libaneses de la Triple Frontera con Brasil y Argentina.

También estuvo a cargo de casos de fuerte repercusión en los medios, como el secuestro y asesinato en 2005 de Cecilia Cubas, hija del expresidente paraguayo Raúl Cubas (1998-1999), y el enjuiciamiento en 2020 del astro retirado del fútbol brasileño Ronaldinho, detenido en Asunción por falsificación de pasaporte paraguayo. (I)