El Tribunal Supremo de Estados Unidos desestimó este lunes un caso sobre si el expresidente estadounidense Donald Trump podía bloquear a usuarios en Twitter, al considerarlo “irrelevante” porque el exmandatario ya ha abandonado el poder.

El Supremo dio carpetazo a un caso que comenzó en 2017 y que perdió parte de su sentido cuando Twitter suspendió permanentemente la cuenta de Trump el pasado enero, tras el asalto de sus seguidores al Capitolio, pero que podría haber sentado precedentes sobre cómo pueden usar las redes sociales las personas que están en el poder.

La máxima instancia judicial del país no entró a valorar la decisión de Twitter de arrebatar a Trump su cuenta, aunque uno de los jueces conservadores de la corte se mostró a favor de evaluar las preocupaciones del partido del expresidente sobre el poder de esa y otras compañías de redes sociales.

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"Pronto no nos quedará otra opción que abordar el tema de cómo se aplican nuestras doctrinas legales a infraestructuras de la información altamente concentradas y de propiedad privada, como las plataformas digitales", escribió el magistrado Clarence Thomas.

La decisión del Supremo de este lunes fue unánime y ordenó declarar nulo, por "irrelevante", el fallo de una corte de apelaciones con sede en Nueva York, que había concluido en 2019 que Trump no tenía derecho a bloquear usuarios desde su cuenta de Twitter.

El caso comenzó en julio de 2017, cuando el Instituto Knight para la Primera Enmienda de la Universidad de Columbia (Nueva York) demandó a Trump en nombre de siete usuarios de la red social a los que el presidente había bloqueado.

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Los denunciantes argumentaron que el mandatario utilizaba su cuenta personal (@realDonaldTrump) para difundir información oficial del Gobierno, por lo que sus mensajes debían ser accesibles para todo el mundo.

La Corte de Apelaciones del Segundo Circuito concluyó en 2019 que Trump había violado al bloquear esas cuentas la primera enmienda de la Constitución estadounidense, que garantiza la libertad de expresión, porque era un funcionario público que usaba sus redes con fines oficiales. (I)